Capítulo 7

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—Príncipe

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—Príncipe... ¿Se siente usted bien? Le noto algo distraído y temo asumir que sea debido a mis acciones pasadas. En verdad lamento si mi cercanía aquella vez fue incómoda para usted. No tenía que verse obligado a invitarme a este viaje, estoy seguro que usted no lo deseaba y fue forzado.

Durante el camino el Omega fue viendo el paisaje que iban dejando atrás mientras Jungkook hablaba y él le respondía lo mejor que pudiese.
Pero al hacerle esas preguntas fue cuando por fin decidió encararlo. Y tenía que seguir el plan.

Jungkook estaba justamente a su lado, ¿por qué no había aprovechado la oportunidad?

¡Por Dios, Jimin!

—No, yo... Yo no me senti incómodo... Es sólo que...

—¿Entonces?

—Algo malo pasó en el bosque que no estoy listo para contar, aún me da escalofrios sólo recordarlo...

Se abrazó a sí mismo bajando la mirada hacia sus pies. No pasó mucho para que comenzara a temblar. Si bien esto formaba parte de un plan, el miedo dentro de él era genuino...
Jungkook a su lado le miraba con obvia preocupación, y le hubiese gustado decir que tenía todo bajo control pero no era así...
Aún si Jungkook pasó su brazo alrededor de sus hombros, haciendo que Jimin sonriera satisfecho. Pero muy dentro de él sabía que había necesitado muchísimo ese abrazo, entonces lo dejó estar por unos minutos más, o al menos hasta que llegaron al primer pueblo.

—Bueno... Bienvenido a este pequeño pueblo de Spiraea. Realmente no lo visitaba desde hacía unas semanas... Le gustará mucho, venga.

Sonrió muy suavemente dándole la espalda para comenzar a adentrarse al lugar.
Las personas una vez le vieron hicieron una reverencia de 45° mostrando una completa admiración y respeto. El Príncipe les saludó a todos agotándose sutilmente, después de todo el abrazar a más de cincuenta personas y cargar a bebés para tomarse fotos era algo que podía volverse muy pesado. Así que una vez terminó volvió rápidamente junto a Jeon viendo que éste admiraba los alrededores, en verdad era un lugar muy bonito y sabía que le había encantado.

Jungkook de mantuvo caminando al lado de Jimin, pero manteniendo una distancia mientras esté le explicaba que era todo, todas las regiones del pueblo junto a algunos habitantes que a veces les brindaban sus servicios a la realeza.
Todo el tiempo el Omega procuró que SeokJin estuviera cerca de él, justo después de salir de casa se notaba un tanto triste... E iba a averiguarlo cuando Jungkook ya no estuviese con ellos.

Caminaron alrededor de diez minutos por quedarse unos instantes para saludar a los niños que sonrientes le miraban. Era por estos niños que el Omega quería ser Rey, quería un lugar mejor para ellos... Amaba a los habitantes de su reino e iba a hacer lo que fuera para protegerlos.

Llegaron a una panadería de una persona muy cercana a la familia real a pesar de no pertenecer a la clase alta. Él junto a su esposo era propietario de la mejor panadería de Spiraea, y eran ellos obviamente quienes harían el pastel para su boda.
Su familia le tenía una inmensa confianza, entonces sabían con seguridad que ellos harían un trabajo excelente.

Apenas llegaron frente a él, Jimin lo miró con una sonrisa y esperó a que hiciera una reverencia.

—Buenos días, Kim Hoseok.

—Su Alteza, me alegra muchísimo su visita... Hacía mucho que no lo hacía, ¿qué ha sucedido?

—Pues...

Volteó a mirar a su lado, Jungkook miraba atento todo y al parecer comprendió porque se colocó un poco más cerca de él y tomó su mano.

—Soy Jeon Jungkook, Príncipe de Pavonia. Soy su prometido. —Dijo dirigiendo su mirada al chico a su lado.

—¿Prometido? Oh, Dios... Pero no tiene un anillo...

—Cuando estemos más próximos a la boda va a hacer la pedida de mano pública, y mis padres le darán su bendición. Va a ser una reunión pequeña, y justamente como es amigo de mi familia me preguntaba si les gustaría asistir.

—Oh, Dios... Claro, ahí estaremos. Por cierto, ¿Gustan una taza de té? Recién acabo de hornear su postre favorito, tarta de manzana.

—Me encantaría.

—Iré a dar una vuelta cerca de aquí, prometo volver cuando terminen. —SeokJin por fin había pronunciado una palabra desde que habían salido del castillo, pero como Jimin ya sabía, éste se notaba triste.

Jimin asintió con la cabeza tocando su hombro antes de que le diera la espalda. Ya tendrían tiempo de hablar, pensó.
Y se sentó en una mesa que estaba cerca de una ventana. Por ahí se veía algo del campo lleno de vegetación y era muy agradable para la vista.

En lo que esperaban a que Hoseok volviera con las tazas de té y el postre que había preparado Jimin revisó una y otra vez su celular, captando la atención del Alfa frente a él. En el poco tiempo que llevaba conviviendo con él, sabía que Jimin no era el tipo de persona que usara el celular muy seguido, y menos que revisara sus mensajes como un loco. Algo andaba mal, pero temía preguntar.

Aún así lo hizo.

—¿Espera algún mensaje, Príncipe Park?

—Oh, sí... De SeokJin, estoy esperando que me envíe su ubicación... No quiero que se aleje demasiado.

Entonces Jungkook tuvo el atrevimiento de tomar su mano para que dejara el aparato sobre la mesa; no sabía de dónde había salido dicho impulso, sólo que su propio cuerpo había actuado para llamar su atención. Y estaba comenzando a ponerse nervioso.

—Yo... Siempre imaginé que el día en que le pediría la mano a alguien sería a alguien alguien a quien yo amara... Las cosas han cambiado muchísimo, ¿No cree?

—No realmente, al ser el heredero de Spiraea no me sorprende demasiado que mi madre haya decidido actuar de este modo, pero no creí que sería demasiado pronto... Digo, apenas tengo 21 años, ¿Por qué querer que me case a una edad tan temprana?

—¿Entonces, su pareja...?

—No me mal entienda, casarme sería un sueño hecho realidad si es con la persona que amo. Pero ahora que está pasando todo esto siento que todo está sucediendo demasiado rápido, sólo no me esperaba que me casaría tan pronto...

—¡Llegué!

SeokJin estaba apoyado en una pared a unos cuantos metros de ambos, y en cambio a su apariencia hacía unos cuantos minutos, ahora parecía molesto.
Y Jimin temía demasiado por que su Omega haya llegado a escuchar la conversación que había tenido con el Príncipe.

Pero justo cuando iba a hablar llegaron ambas tazas de té ya preparadas con unas decoraciones muy lindas en las tazas, además de la apetitosa tarta de manzana que parecía recién salida del horno. Y no pudo abrir la boca ni un poco, SeokJin ya había tomado asiento en la mesa de al lado y Jungkook había comenzado a comer.

Crown; 국민Where stories live. Discover now