Capítulo 53

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La noche anterior Jungkook no tuvo más remedio que llevarse casi a la fuerza a Jimin a la cama, eso sin contar la parte en que lo abrazó hablándole de forma suave al oído hasta que pudo dormir

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La noche anterior Jungkook no tuvo más remedio que llevarse casi a la fuerza a Jimin a la cama, eso sin contar la parte en que lo abrazó hablándole de forma suave al oído hasta que pudo dormir. Y es que el mayor sabía absolutamente todo, sabía que si no lo ayudaba aunque fuese de esa forma, su pareja tendría pesadillas acerca de cualquier cosa, y que de ser así entonces todo el esfuerzo del contrario se iría a la basura. Porque había ido a terapia, cada fin de semana asistía a la sala de un desconocido a intentar hablar acerca de lo que abrumaba a su mente; le había contado acerca de los sueños que se habían vuelto tan recurrentes en su día a día desde que SeokJin murió, desde ese entonces habían estado trabajando en ello, y logró un gran avance...
No, por nada del mundo dejaría que Jimin sufriera una vez más.

Pero no contó con que, a pesar de haber dormido con tranquilidad, un ruido lo privara de su sueño y que abandonase la habitación.
Portaba una daga de plata justo debajo de su abrigo, y sin hacer mucho ruido comenzó a bajar las escaleras.

—¿Quién anda ahí? Te escuché...

Una corriente de aire frío recorrió todo su cuerpo acabando en sus mejillas, y cuando tocó el último escalón un rostro conocido apareció frente a él. ChaeRin tan sólo le miraba de forma serena, como si le hubiese estando esperando todo ese tiempo.
Y ahora que estaban frente a frente, ninguno sabía por dónde comenzar.

—¿Tu padre está bien?

—Madre...

—No alcancé a despedirme de él... Espero que pueda recuperarse pronto de su pierna. —Rascó su mejilla.

—Él estará bien, no te preocupes...

Ambos comenzaron a avanzar por el largo pasillo que daba hacia la pequeña sala de estar de los dormitorios; ese lugar siempre estaba vacío, y ahora que había decidido prestar un poco más de atención, todo rincón estaba helado, y el aire acondicionado ni siquiera estaba encendido, tampoco estaban en invierno aún.

—¿Quién era ella, madre? ¿Por qué juraba que Jihyun le pertenece? —Hizo una pausa— ¿Por qué te mató?

—Ella... Lycoris es tu tía, mi hermana mayor.

Un silencio se creó que perduró hasta los siguientes segundos. Nada de esta situación creaba sentido alguno, todo ahora estaba fuera de sus manos y no podía imaginarse siquiera teniendo a esa mujer como parte de la familia, mucho menos entendía porqué lucía muchísimo menor que su madre, si es que se suponía ella era la mayor... ¿No se suponía que debía lucir incluso un poco más vieja?

—Debes preguntárselo a tu padre, no es correcto que te lo cuente yo... Sólo puedo decirte que debes buscar a JiHyun, Lycoris podría hacerle cosas horribles si es que dejas que pase aún más el tiempo.

—¿Sabes dónde está? ¿Alguna pista? Por favor, madre...

ChaeRin le tomó de la mano y caminaron tan sólo unos cuantos segundos hasta llegar a su oficina. Aún con su mano rodeando a la suya, le hizo tomar un plumón y acercándose a la pared donde había un mapa enorme de todo Spiraea, acercó la punta del plumón al papel y encerró un lugar en específico que no estaba ni cerca de ningún pueblo, todo indicaba que se trataba del bosque y, siendo un poco más específicos, era justamente el centro de éste.

Fue entonces que a su mente llegaron algunos recuerdos borrosos de aquel lugar; antes podría haber pensado que aquellas antorchas, luces y cantos habían ocurrido en un lugar completamente aleatorio, pero ahora estaba seguro de que era ese lugar... Y no era porque pudiese ver con claridad algunas imágenes de éste, sino que algo muy dentro de su ser, como un tipo de escalofrío, le hizo sentir que ese lugar le parecía demasiado familiar como para estar equivocado.

Sin embargo, antes de poder continuar con la conversación, sus ojos se abrieron de forma abrupta cuando despertó en su cama con el rostro repleto de sudor frío. Jungkook había colocado en su frente una compresa fría para ayudar con su fiebre.

—Al fin despertaste... ¿Qué sucedió? ¿Tuviste un mal sueño? —Checó la temperatura en sus mejillas, después tomó un termómetro y se lo colocó en la boca.

—Yo... Se dónde está Lycoris, mi madre me lo dijo.

—¿Soñaste con ella?

—Sí... Se sintió tan real... —Se levantó ignorando completamente la compresa en su cabeza dejándola caer, después dejó el termómetro en la cama— No está... —Había abierto el cajón de la mesa de noche, la daga no estaba por ninguna parte.

—¿Y qué te dijo?

—Está en el bosque —Hizo una pausa y tragó algo de saliva— En el centro del bosque —Hizo énfasis en ello.

—Dios...

—Debemos empacar —Hizo la cobija a un lado y poniéndose de pie fue a su ropero eligiendo solamente algo de ropa cómoda, después de ello sacó de una caja blanca el collar que colgaba siempre de su cuello, sacando de ahí el anillo de SeokJin.

. . .

Al salir del palacio se esperaron completamente el recibir flashes de cámaras tratando de tomarles fotos que después aparecerían en artículos en Internet, con gente teniéndoles en boca hasta por las siguientes semanas.
Ni siquiera su cubrebocas y su sombrero negro habían sido suficientes para cubrir su rostro lleno de ojeras y cansancio.

Durante todo el camino sus ojos sólo se concentraron en ver la ventana y cómo de a poco se alejaban del Reino y los árboles gigantes se hacían cada vez más presentes.
Jungkook sostenía su mano sin decir nada mientras veía lo mismo del otro lado del auto.

—Tengo miedo...

—Lo sé, Minnie, tu mano está temblando... —Dijo con voz suave— Yo también lo tengo.

—Tal vez haya sido un error dejar a mi padre allá... ¿Qué tal si vuelven?

—Es muy poco probable, ya tienen lo que querían. Además... Yugyeom se quedó con él y se reforzó la seguridad en el palacio, estará en buenas manos.

—Sí, yo... Tal vez deba dejar de preocuparme. Es sólo que tengo un muy mal presentimiento, la última vez que lo tuve eso ocurrió...

—Debemos recuperar a nuestro cachorro, Minnie. Eso es lo más importante ahora, ¿No crees?

Jimin no tuvo la oportunidad de decir nada, ya que apenas y Jungkook terminó su frase, las puertas traseras fueron abiertas, habían llegado por fin a una cabaña junto a un pequeño establo al fondo de todo.

—Llegamos.

Crown; 국민Where stories live. Discover now