Capítulo 85

215 28 0
                                    

El dulce aroma de la masa de pancakes cocinándose en el sartén inundaba la cocina; algo de miel también era perceptible, y eso le encantaba ya que después de marcar a su Omega por primera vez había notado ese pequeño olor emanar de su cabello, era muy leve, pero combinado con el durazno como principal era lo más maravilloso del mundo. Era exactamente igual, la miel apenas y podía percibirse por encima de la masa, pero olía tan delicioso que podría inducirle el sueño si estuviese en una cama y a su lado Jimin tocase su cabello con sus pequeños y delicadas manos.

Su prometido estaba en el patio tomando una taza de té de moras. Soltó una risilla dándose cuenta de ese adorable detalle que solamente alimentaba su ilusión; aunque no estuviesen juntos, siempre buscaban la manera de tener cerca el aroma del otro, Jimin lo demostraba comiendo y eligiendo productos con moras, y Jungkook siendo un poco más sutil le animaba demasiado estar rodeado del aroma del Omega.

Habiendo terminado el último pancake lo retiró de la sartén, apagó la estufa y fue colocando cada porción en los tres platos, puso algo de fruta en la parte de arriba y al final la miel, dándole un poco más al rubio conociendo sus gustos.
Después estando ya los tres platos en el carrito sobre una bandeja, caminó hacia el patio y saludó a su chico besando su mejilla, abrazándolo desde atrás.

—Hey, ¿Qué tal dormiste? Ayer fue un día muy agitado, ¿No? —Jimin tomó su mano y lo dirigió hacia un lado suyo para que se sentase.

—Así es, y como tú eres el artista de seguro lo fue más para ti, por eso hice uno de tus desayunos favoritos.

—¡Oh, pancakes! Muchas gracias.

—¿Dónde está JiHyun?

—Está jugando con Subgwoon a las escondidas. No te preocupes, él sabe cuándo es la hora del almuerzo, estará aquí en un momento.

Antes de comenzar a comer, dejó la revista que estaba leyendo hace unos segundos, Jungkook se fijó en que una de las imágenes había un pequeño bebé vestido de azul, con un gorrito marinero.
¿Por qué había un bebé en su revista?

—¿Qué estabas leyendo?

—Oh, sólo... Artículos del hogar. Mmm, te quedó delicioso —Tomó el primer bocado.

—¿Artículos del hogar? ¿Por qué dice entonces... Manual para padres: crianza temprana? —Giró su cabeza lo suficiente para poder leer el título de la revista.

¿Jimin estaba leyendo sobre paternidad? Si él ya era un estupendo padre... ¿Por qué?

—Jungkook, hay que planificar la fiesta de JiHyun. —Dio un sorbo a su taza.

—Jimin.

—Él me dijo que le gustaría salir a pasear a caballo, ¿Tú qué opinas?

—¡Jimin! En serio, ¿Por qué estás leyéndolo? Ya eres un muy buen padre, JiHyun no podría...

—Es sobre él... Ayer antes de dormir me preguntó acerca de tener un hermano ahora que estamos juntos de nuevo. Y comencé a pensar acerca de ello, pensé... ¿Qué haremos con JiHyun? ¿Podrá crecer solo? Comencé a preocuparme, e incluso compré esta revista...

—¿Y? ¿A ti ni te gustaría tener un cachorro más? —Tomó su mano por debajo de la mesa.

¿Le gustaría? Claro que sí, uno de sus sueños siempre fue el tener una familia numerosa, que sus hijos nunca tuviesen que sentirse solos.. ¿Pero eso sería posible?
Ese era el problema; ¿Qué pasaría si después de dar a luz Jungkook se iba de su lado? ¿Podría soportarlo?

—No, Koo, yo... No estoy listo —Mintió.

—¿No estás listo?

—Y nunca lo estaré, creo que no quiero tener más.

Jimin se levantó, ni siquiera terminó de comer cuando le dió la espalda a su Alfa y comenzó a alejarse hasta llegar al pasillo que daba hacia la entrada trasera de la casa.
Antes de que pudiese ingresar alcanzó a tomar su mano.
¿Sólo iba a alejarse de esa forma aún sabiendo que le había mentido? Porque Jungkook sabía muy bien cuando su chico mentía, lo conocía tan bien que incluso estando éste de espaldas notó que comenzó a llorar.

Su dulce aroma a durazno fue cambiando a uno más ácido, denotando así la tristeza y enojo que yacía en su interior.

—¿Y si lo hago qué? Vas a dejarme preñado y vas a irte, no vas a estar aquí para acompañarme en todo el proceso, vas a dejarme y... —Hipó entre cada palabra— Y vas a engañarme otra vez —Esto último lo dijo en una voz muy baja, casi imperceptible.

—Hey, hey, Jimin... —Colocó sus manos sobre las mejillas del menor, sintiendo el calor húmedo de sus lágrimas— No voy a dejarte, ¿Qué te hace pensar eso?

—Tú mismo, ¿Acaso no recuerdas cuando nació JiHyun? ¿O cuando tuve el aborto? Esas dos ocasiones estuviste lejos de mí, me dejaste. ¿Cómo quieres que vuelva a confiar en que después de quedar en cinta todo va a salir bien?

Lo pensó durante unos segundos. Estaba completamente consciente de todo el daño que él mismo provocó, también de los miedos que probablemente vendrían de parte del rubio al iniciar de nuevo su relación.
¿Pero acaso el amor que se tenían no era suficiente para confiar una vez más?
Así que respondió.

—Solamente lo haces. Simplemente confías en mí porque sabes que te amo como la nadie más en este mundo, eso es lo que juramos el día en que volvimos como pareja.

—No, no lo sabes Koo. No sabes nada —Sonrió limpiando sus lágrimas— Tú quieres un sueño, tienes la idea de que una vez volvimos juntos todo será color rosa y será todo maravilloso, ¡Pero no es así!

—¿De qué estás hablando?

—Un matrimonio jamás es perfecto, y mucho menos tener un bebé de acuerdo a cómo estamos en este momento. Hace unos cuantos meses te dí el sí, elegí arriesgar todo una vez más dejándome llevar por el amor que te tengo —Hizo una pausa, mandó un poco de aire a sus pulmones— Me mudé, dejé mi título como el Rey de Spiraea, nos vamos a casar... Aún siento que es muy pronto, y ni siquiera sé si lo que pedí será lo que recibiré. Pero no, no puedo darte ese sueño.

—Jimin.

—Quiero mucho más, por supuesto que lo deseo con demasiadas ansias —Tomó las manos del mayor— Pero aún tengo cosas que resolver, y no puedes venir a pedirme algo como eso sí aún no puedo confiar en ti del todo, si aún tengo cosas que sanar. Aún tengo que recoger pequeños pedazos de lo que tú rompiste en mí, así que no puedes esperar que de un momento a otro confíe en ti nuevamente, quiera o no siempre voy a tener miedo de perderte, de que vuelva a suceder. Así que, por favor, no me pongas entre la espada y la pared. —Finalizó soltando un suspiro completo de alivio.

—Perdón por agobiarte con todo esto, no volverá a suceder. Vamos a tomarlo lento y... Oh Dios, lo siento mucho. —No resistió más, le acercó en un abrazo y comenzó a frotar la punta de su nariz contra el cuello del menor.

—Una cosa sí puedo hacer.

—¿Mmm? —Levantó su mirada, encontrándose con los ojos de su Omega mirándole desde abajo.

—Puedo hacer una cita con un ginecólogo.

—¿Ginecólogo?

—Sí, es algo que no te conté cuando volviste pero dadas las circunstancias creo que es mejor que lo haga. —Tomó algo de aire antes de continuar— Después del aborto que tuve el día de nuestro divorcio, visité a un ginecólogo justo al día siguiente. Y resultó en que había salido dañado, eso más el parto difícil que tuve con JiHyun hicieron que mi útero pudiera volverse infértil. En ese entonces recibí tratamiento pero lo dejé por la debilidad de mi Omega.

—¿Entonces eres infértil? —Acarició delicadamente sus dedos.

—No lo sé, pero es algo probable. Y de ser así tendría que recibir de nuevo el tratamiento.

—No te dejaré solo ni un instante, ¿Sí? Lo juro.

No podía prometerle el darle un hijo más en ese momento, pero estaba seguro que después de un tiempo podría estar listo, y cuando el momento llegase estaría más que encantado de poder compartirlo con su futuro esposo.

Crown; 국민Where stories live. Discover now