Capítulo 26

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Dos meses habían pasado ya desde todo lo sucedido con Kim SeokJin, y el Príncipe Park ya había vuelto con sus actividades

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Dos meses habían pasado ya desde todo lo sucedido con Kim SeokJin, y el Príncipe Park ya había vuelto con sus actividades.
Agradecía infinitamente a su ahora esposo por haberlo cuidado durante todo ese tiempo. En cuanto a sus padres, había sido lo mismo... Tan sólo su padre se había presentado en su habitación para asegurarse de que estuviese siendo bien alimentado y su salud fuese la adecuada, al parecer seguían molestos con él con lo sucedido.

En ese momento había comenzado a buscar pistas alrededor de los hechos. "Si mis padres y nadie más va a ayudarme en esto entonces lo haré por mi cuenta", pensaba.

El primer lugar en el que comenzaría a buscar fue en la habitación de Jungkook; no podía dejarlo fuera de todo esto, ya había revisado la antigua habitación de JiHoon ya una vez la había deshabitado y no había nada, ahora con el Príncipe Jeon sería un tanto complicado.
Jimin había memorizado su horario; sabía a qué hora se despertaba, cuándo iba con el Rey a prepararse para recibir la corona en un futuro, y más importante cuándo llegaba a su habitación para cuidar de él Omega.

En esa misma tarde había entrado en acción; cuando Jungkook lo dejó para irse con el Rey caminó muy sigilosamente por todo el pasillo que conectaba con el ala oeste y cerró la puerta de la habitación detrás suya. El lugar era tranquilo, su cama estaba perfectamente tendida y el escritorio estaba justamente frente a él.
Tal fue su sorpresa al encontrar en un cajón una pila de carpetas con tan sólo información acerca de Kim SeokJin. Era eso, no había más, carpeta tras carpeta con más y más documentos acerca de su amado. ¿Qué era lo que planeaba? ¿Acaso fue él quien le había delatado?

—¿Jimin? ¿Qué haces a...?

No lo pensó dos veces; caminó hacia Jungkook sin dejarle procesar algo en su mente y sacó la daga que llevaba escondida dentro de su pantalón apuntándole al cuello. La punta filosa del objeto en su mano amenazaba con perforarle la yugular, el frío del metal había provocado un escalofrío en todo el cuerpo del mayor. Afortunadamente para éste, había llegado a detenerlo tomándole la mano un momento antes de que el objeto llegase a hacerle algún daño.
Pero él Omega no se detendría ahí; comenzaron a forcejear reclamando cada uno el poder que tenía sobre el cuerpo del otro, el cuchillo pasaba a posesión del otro buscando un ganador, incluso Jeon llegó a temer por la fuerza que el otro ejercía sobre él, llegó a pensar que tal vez lograría matarlo si no hacía algo pronto.
Había notado ese mismo rojo brillante en sus ojos que habían hecho aparición en él el día en que hay Aron a SeokJin decapitado dentro de aquella celda...

No era muy común que eso ocurriese ya que el color rojo es algo característico de los Alfas cuando sus lobos despiertan, pero tal vez el Príncipe Park había llegado a desarrollar ese aspecto debido a su furia.

—Fuiste tú, ¿No es así? ¡Habla! —Se sentó a horcajadas sobre el contrario intentando superarle en fuerza para por fin clavarle la daga. Lo quería muerto, de eso no había duda.

Y debajo de él Jungkook estaba temblando del miedo, nunca en la vida había visto tal comportamiento en un Omega... Nunca había tenido tanto por su vida como en ese momento porque sí, estaba quedándose sin fuerzas y Jimin parecía no querer detenerse.

—No Jimin, déjame hablar... —Suplicó— Él... Yo me enteré de lo de ustedes, sí. Pero yo no fui quien les delató; un día antes yo tuve una conversación con Jihoon pero no recuerdo nada de ello porque apenas y desperté ya era el día siguiente, y los Reyes ya se habían enterado de todo.

—No puedo creerte, tú... Tú estuviste en todo esto, no puedo confiar en que dices la verdad.

—Fui yo quien le pidió a tus padres que lo desterraran de Spiraea, porque para ustedes habría un castigo mucho peor... —Tomó una bocanada de aire antes de continuar— Porque yo te haría daño, y él probablemente habría sido apedreado en público. Fui yo quien les pidió que fuese un castigo más leve... Y fui yo quien le hizo un funeral digno, yo mismo fui quien de encargó de su cadáver. ¡Yo no quería hacerles daño, yo no lo quería muerto! —Comenzó a lagrimear.

Pero de un momento a otro la fuerza disminuyó exponencialmente y fue ahí que Jungkook cambió la posición y tiró la daga muy lejos de ellos. Jimin estaba temblando entre sollozos que él trataba desesperadamente disipar, incluso se había dejado apresar por el Alfa encima de él una vez supo que debía rendirse.

Jungkook acarició su espalda liberando unas cuantas feromonas en la habitación esperando que fuesen suficientes para que Jimin se sintiera mejor, pero ninguno dejaba de llorar, y al mirarse a los ojos de alguna forma le hizo saber que el mayor staba diciendo la verdad. Por fin su lobo estaba en paz, sabiendo que Jungkook no había sido el responsable.

Estuvieron al menos unos quince minutos de esa manera; Jimin tratando de calmar su respiración y cesar su llanto, y Jungkook ordenando todos sus pensamientos.

—Lo siento... —Dijo finalmente.

—Voy a ayudarte a encontrarlo, Jimin. Yo... Quiero ayudarte, no soy tu enemigo. —Finalmente le dejó libre y ambos quedaron sentados frente a frente.

El Príncipe Park no sabía si era debido a sus lobos o por él mismo, pero había decidido comenzar a confiar en él. Porque algo muy dentro de él le decía que Jungkook era la persona más pura dentro de esa infierno que conocía como su mundo, y si debía dejar su confianza en una sola persona podía ser él.
Así que sin pensar más en las consecuencias, tomó la mano de Jungkook y asintió.

Una vez ya más calmados se entregaron a los brazos del otro nuevamente dejándose caer en la inmensa cama debajo de ellos. Las caricias del mayor no habían faltado, y Jimin extrañamente se sentía seguro, no quería abandonar ese lugar por lo menos en ese preciso momento. Así que cerró sus ojos y dejó que el tiempo pasara.

. . .

Pasó una hora dónde Jungkook trató de explicarle detalladamente todo lo que había sentido o visto desde que fue a la habitación de SeokJin ese día. Le contó acerca de sus sospechas sobre JiHoon, y una vez terminó ya lo habían decidido: lo investigarían y si sus sospechas resultaban ser verdad, entonces idearían un plan para hacerle pagar.

—Iremos a la mansión que tenemos en Spiraea, está un poco alejado de aquí, entonces creo que sería mejor que estar rodeado de todo esto. Allí podremos hacerlo todo tranquilos.

—¿Hay guardias allá?

—En este momento hay un par, pero podemos contratar a más personal una vez estemos allá. Y le diré a mis padres que tendremos nuestra luna de miel, así no...

—Así no sospecharán nada, muy bien. Entonces hagámoslo.

Crown; 국민Where stories live. Discover now