Capítulo 92

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Dos años después...

—Negativo... ¡De nuevo! —La prueba terminó en la cama, Jimin la había aventado con agresividad.

—Minnie...

—Creo que el universo me odia. Me hace pensar tantas veces que podría estar en cinta, que las cosas podrán salir bien, ¡Pero mira! —Sollozó mientras apuntó a la cama.

Pero el Alfa tan sólo le miró triste, a decir verdad también estaba perdiendo las esperanzas... Y aún así debía mantenerse positivo, por su prometido.

Justo en ese momento el contrario recibió una llamada; era Yoongi, y al parecer ya iba a empezar a alistarse, ya tenía su traje listo y su maquillista estaría allí cuando éste le llamase, y según sus palabras había decidido llamar a sus amigos primero, porque necesitaba que le ayudasen a cambiarse.
Por lo que, cuando colgó, se tragó sus sentimientos y prefirió por el momento concentrarse en Yoongi, porque ese ere su día y no podía pensar en otra cosa que llevarlo al altar.

Así que habiendo ya tomado un baño, ambos comenzaron a vestirse ayudándose a acomodarse los pequeños moños que usarían en sus trajes. El de Jimin siempre tenía un toque especial, pequeños detalles en color azul en la tela, ya que ese era su color favorito; se maquilló de una manera muy simple, ya que debía llegar a tiempo a la casa de su amigo.

Una vez listos, entraron a la habitación de JiHyun para ver si había cumplido con bañarse por sí solo. Grata fue su sorpresa cuando le vieron ya completamente vestido pero con el cabello aún algo húmedo y despeinado; su padre Omega con una sonrisa llena de ternura se acercó a hacerle un peinado algo especial, ya que le había crecido el cabello hasta los hombros, tanto que ya alcanzaba a hacerse una coleta. Le colocó un lazo blanco y cuando estuvo satisfecho dejó un beso en su cabeza y los tres se miraron en el espejo.

—Bien pequeño, ¿Estás listo?

—¿En la boda habrá pastel?

—Claro pequeño, pero estando allá todos los niños van a estar en un cuarto especial, así que estarás solo por un tiempo.

—¿Voy a estar solo? ¿Y dónde van a estar ustedes, papi? —Preguntó curioso, más que triste.

—Vamos a... Cosas aburridas de gente mayor, no creo que sea muy interesante para ti, ya que te gusta correr y romper piñatas con dulces dentro. En la zona de niños van a entregar dulces.

—¿En serio? —Ya se le notó emocionado.

—¡Sí! ¿Quieres ir?

—¡Sí, vamos, vamos papis! —Les tomó a ambos de las manos y él comenzó a correr.

—¡JiHyun, ten cuidado! Recuerda que tu papi Jimin no debe hacer mucho esfuerzo —Le detuvo— Se que estás emocionado pero no debemos correr, ¿Está bien? Vamos a llegar a tiempo y tendrás todos los dulces que desees.

—Lo siento...

. . .

Esa noche habrían muchísimas cámaras, de eso estaban seguros. Aún después de siete largos años aún le causaban pavor, por lo que estaba preparándose mentalmente para cuando llegase el momento de entrar a la iglesia.

Habían llegado por la entrada trasera, y cuando bajaron del auto les recibieron un montón de empleados del palacio de Pavonia. Estos les ayudaron a llegar hasta la habitación donde estaba Yoongi arreglándose, siendo ésta la habitación de Taehyung... Ya que, a pesar de vivir juntos, la mayor parte del tiempo el beta se la pasaba en Spiraea trabajando.

—¡Yoongi! ¿Qué sucede?

—No puedo casarme, no... No puedo Jimin.

—¿Qué? Pero si hace unos minutos parecías listo... ¿Qué sucedió? —Se acercó por detrás, colocando sus manos sobre el asiento en el que el beta estaba sentado.

—No me siento listo.

—Sabes que si tú lo dices podemos escapar de aquí, que te apoyaré a pesar de todo. No me importa si es el hermano de mi Jungkook. —Dijo seguro.

—¿Qué tal si lo hago mal? Su familia busca un Rey, un consorte para que acompañe a Taehyung en su reinato. Tú sabes de esto, Jimin. Yo no... Yo vengo del campo, no tengo modales, soy sólo un don nadie, un empleado de Spiraea... —Bajó la mirada— No puedo ser un Rey, no crecí en una cuna de plata, ¿Y su familia aún así va a aceptarme?

—Yoongi...

—En la cena va a estar toda su familia presente, viéndome chuparme los dedos...

—¿Te chupas los dedos? —Sonrió.

—¡Jimin!

—Lo siento, lo siento... —Soltó una risilla— Pero Yoongi, es tu boda, ¿Qué importa si te ven chupándote los dedos? Además, sus padres te aman, ¿O no recibiste en navidad como cinco regalos de cada uno el año pasado?

—Lo sé, pero... —Suspiró— ¿Qué tal si sólo termino decepcionándole?

—No, Yoon... —Se agachó a su altura frente a él, tomando sus manos— Eso no pasará, te lo aseguro. Han esperado dos años sólo para este momento, ¿No crees que eso no demuestra suficiente lo que se aman? De cuánto desean casarse...

—De seguro está esperándome —Hipó con una pequeña sonrisa tímida— Y yo aquí sin querer salir...

—¿Estás listo?

—Sí, Jimin, estoy listo —Dijo finalmente, mirando su imagen en el espejo frente a él, afortunadamente su maquillaje no se había corrido demasiado.

—Bien, entonces voy a hacerle un peinado especial al novio, ¿Qué le parece? —Sonrió completamente emocionado, colocando sus manos en el cabello del beta.

—Por mí bien, adelante.

Entonces Jimin se puso manos a la obra; hizo trenzas en pequeños mechones en la parte de arriba que terminaban en un moño blanco justo donde iría la tiara de flores blancas que adornarían su cabello rizado.
Jimin le miró orgulloso a punto de llorar al ver a su amigo de esa manera.

Pero el beta le frenó dándole un pañuelo, antes de que la primer lágrima pudiese caer en su mejilla.

—¡Yoongi, no puede esperarte más! Jungkook ya está con él y dice que va a venir a buscarte —Sungwoon parecía agitado, parecía haber corrido demasiado.

—¿Qué? ¡No, llámalo! Dile que vamos para allá, y que sí va a haber boda —Se acercó decidido.

. . .

El sonido de las campanas de la iglesia le asombraban, porque ese día estaban sonando muy fuerte, o al menos eso era lo que pensaba.
También había un fuerte aroma a flores en la entrada, ya que los habitantes de Pavonia estaban fuera queriendo presenciar todo.

Él y su familia ya habían entrado a la capilla, habían llegado a sus lugares sin sentarse aún.

—¡Jimin! —Era su prometido— ¿Qué sucedió allá? ¿Por qué tardaron tanto?

—Yoongi dudó un poco... —Volteó hacia la entrada, donde el nombrado se asomó y con el sonido de un piano junto a un coro de niños cantando, iba de la mano de Siwon, el padre de Jimin — Pero míralo, ya se ve listo. Él se va a casar... ¿Puedes creerlo?

—¿Estás llorando?

—Shhh... Es el momento de Yoongi, no de mis lágrimas —Dijo en un hipido, antes de limpiar sus lágrimas con un pedazo de tela que había en su bolso.

Jungkook sonrió enternecido, viendo cómo ahora su hermano mayor junto a Yoongi decían sus votos matrimoniales.

Eso le había traído recuerdos del día de su boda con Jimin; para nada le habían agradado sus votos matrimoniales, y tan sólo esperaba que llegase el día de casarse de nuevo para que ambos tuviesen la oportunidad de cambiar sus promesas a algo que fuese real.

Cuando salió del mar de sus pensamientos, se encontró con la pareja frente a él besándose y después sonriéndose sin siquiera mirar hacia el público, parecían estar atrapados en su propia burbuja.

¿Su boda con Jimin sería así de hermosa? ¿Ahora que ambos se amaban, la historia sería diferente?

Crown; 국민Where stories live. Discover now