En un lugar más allá del bosque oscuro hay un reino llamado Spiraea. JiMin, su heredero, ha sido educado durante toda su vida para algún día ser un Omega digno de un Alfa para su reino.
Jeon JungKook, por otro lado, es un Alfa bastardo del reino vec...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
JUNGKOOK
Lo primero que hizo Jimin al despertar a la mañana siguiente fue levantar a Jungkook con prisa, le habló acerca del collar que llevaba colgando en su cuello. Y si bien podrían haber invertido ese tiempo en seguir haciendo de las suyas como las incontables veces de la noche anterior, era de suma importancia el que resolvieran todo ese problema rápido.
Taehyung lo había ayudado a acomodar las cosas que llevarían en el auto; la comida de ese día junto a la pañalera de JiHyun, quien estaba en brazos de su padre siendo atendido, Jungkook había aprendido a cambiar pañales demasiado rápido.
-Y... ¡Listo! Debes contarme cómo la pasaste con tu tío Taehyung, ¿Eh? -Terminó por colocar un pequeño gorrito afelpado en su cabeza- ¡Oye, no me mires así! Ayer tus papis pasaron un tiempo a solas y... Dame créditos, te libraste de mí dándote besitos por toda la cara.
Soltó una risilla alzando al pequeño cachorro en el aire, y como lo había dicho hace unos segundos, no dejó siquiera un centímetro libre de sus besos, y Jihyun no hacía más que reír y tomar el cabello del Alfa en sus pequeñas manos..
Jimin había llegado a su lado con una sonrisa muy pequeña en su rostro, éste había visto la mayor parte de la escena y no se equivocaba al pensar que Jungkook sería un muy buen padre, que su cachorro estaba seguro siendo sostenido en sus brazos.
-Debemos irnos, Kook. Ya preparamos todo, sólo faltas tú... -Avisó acercándose a un lado.
-¿Cuando volvamos puedes prometerme una tarde sólo nosotros tres? Podemos hacer algo aquí mismo en la mansión.
-Te lo prometo. -Soltó una risilla poniéndose de puntas para depositar un beso en su mejilla.
. . .
El viaje como siempre había sido un infierno; eran alrededor de unas diez horas de camino hacia el palacio, y otros quince minutos de ahí hacia la casa de SeokJin. Por lo que justo en ese momento no parecía loca la idea de llevar comida como para dos días, en palabras de Taehyung.
Jimin como siempre tenía un muy gran apetito, y el mayor de todos se había quedado boquiabierto cuando notó que ya se había terminado sus sándwiches cuando él apenas se había terminado el primero.
-¿Ya terminaste, Minnie? La bolsa amarilla está atrás, pero recuerda que las golosinas y lo demás debes guardarlos para cuando volvamos a la mansión.
-¿No puedo? -Hizo un puchero.
-No intentes persuadirme, no voy a dejarte agarrar ni una sola. Sólo toma tu jugo. -Lo miró serio.
-Está bien...
Por su parte, Taehyung tan sólo sostenía su sandwich apenas empezado mientras les miraba sonriente. Recordaba ese aspecto del Príncipe muy bien ya que su yo pequeño tenía en su memoria algunos fragmentos de ambos comiendo golosinas mientras jugaban con sus juguetes. Jimin había crecido bien, pero ese aspecto de su persona seguía ahí.
