Capítulo 29 "Dancing With Your Ghost"

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JIMIN

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JIMIN

—Jungkook, ¿Puedo agarrar un juguito? —Hizo un puchero.

—Adelante, y dame uno también. —Sonrió.

El Omega se colocó de rodillas en el asiento y con un mayor esfuerzo fue que alcanzó la mochila de pollito en el fondo. Dentro de ella habían seis jueguitos que podrían tomar entre ellos durante todo el viaje.

Los que tomó eran sabor uva y otro de moras, últimamente al Omega de Jimin le encantaba ese sabor. Jungkook le miró curioso y tomó el juego que el otro le ofrecía.
Faltaba poco para que llegasen a la mansión, y él estaba impaciente por al fin poder dormir tranquilo.

—¡Jungkook, mira! ¡Ya llegamos!

Efectivamente, la enorme mansión ya estaba lista para ser habitada por ellos dos. Todos los empleados estaban parados en fila en la entrada, los recibían con una sonrisa hasta que el auto finalmente llegó hasta la entrada de la casa. Jimin fue quien se bajó primero y comenzó a correr para llegar a su habitación.

Últimamente Jimin estaba siendo muy hiperactivo y algo infantil... Nada parecido a su yo de hacía unas semanas, ¿por qué de repente tenía toda esa energía?
No le tomó mucha importancia, tan sólo le dejó ser y él entró al lugar con calma.

. . .

—¡Me moría de hambre~!

Frente a Jimin ya estaba su plato de pollo a la plancha con puré de papa. Era uno de sus comidas favoritas, según el Omega. Sin duda tomaría nota de ello.
Para su sorpresa él ya había comenzado a comer con una sonrisa enorme en su rostro.

Se sumergió en la embriaguez de mirarlo siendo feliz; era tan sólo un plato de comida, pero sabía que el menor estaba disfrutando del viaje y se sentía más tranquilo al estar alejado del palacio real.

—Cuidado Jimin, si comes demasiado rápido podrías atragantarte.

Alcanzó una servilleta en el centro de la mesa y después la llevó a los labios del menor limpiando lo poco que se había manchado. Pronto sus miradas se encontraron por milésima vez en el día y se quedaron unos cuantos segundos así apreciando cada detalle del rostro del contrario. Todo hasta que Jimin tomó otro bocado del pollo y Jungkook se vio obligado a imitarlo.

Cuando terminaron dieron gracias a los empleados y terminaron yendo a sus habitaciones cada uno por separado. Ambos estaban un tanto inseguros por ello, el dormir juntos se había vuelto un punto importante en su día a día y ninguno de los dos estaba preparado para estar separados. Uno por temer el tener pesadillas, y el otro por mera preocupación porque le pudiese ocurrir algo al otro si no estaba.

Jimin veía las estrellas y la luna iluminando de forma espléndida la noche, su anillo de zafiro brillaba hermosamente en su mano.

—¿Jimin?

—¿Por qué estás aquí? Jinnie... No deberías seguir aquí, yo tengo que dejarte ir y no... No puedo hacerlo si sigues apareciendo de la nada como ahora. —Se abrazó a sí mismo evitando ver su rostro.

—¿De qué hablas? Minnie, pero si eres tú quien está llamándome constantemente...

Sintió la frialdad de la mano de SeokJin en su brazo izquierdo, después el derecho, y de un momento a otro había sido envuelto entre sus brazos, pero de alguna forma había comenzado a sentirse vacío... No tenía vida, no había emociones, era simplemente un abrazo vacío que en lugar de reconfortarle le hacía querer tirarse al piso y llorar por su pérdida.

—Yo no estoy llamándote. —Había roto el fino hilo que lo separaba del llanto— Lo que más quisiera en este momento es que desaparecieras, por favor... No quiero verte, no quiero sentirte... No quiero sentir tu ausencia, no quiero extrañarte más. —Suplicó entre sollozos.

—No puedes simplemente desecharme en estos momentos, tú estás llamándome porque me necesitas.

—Claro que te necesito, te necesito día y noche... Quisiera que estuvieras conmigo y que así tuviésemos la familia que tanto deseábamos. —Dejó caer su peso hacia el frente con sus manos cubriéndole los ojos— Pero ahora he decidido seguir adelante, y no puedo hacerlo teniéndote en mis sueños. Porque cuando te sueño es tan sólo una pesadilla horrible de la que quiero despertar... Estás muerto, y tu imagen ensangrentada me persigue por las noches...

—No estás comprendiendo, mi vida. Estás llamándome porque...

—Tú no estás entendiéndome. No, te quiero aquí, ¡Así que largo!

Cerró sus ojos al momento de gritarlo esperando que así pudiese esfumarse de su vista, cosa que había funcionado porque apenas y sus ojos se abrieron de nuevo con lentitud, la habitación de nueva cuenta estaba vacía. Su respiración erradica después de su llanto se había detenido dándole paso a su corazón latiendo desenfrenadamente cuando se levantó y corrió rápidamente a la habitación de al lado.

La puerta se abrió frente a él y tan pronto como vio la espalda de Jungkook frente suyo no dudó ni siquiera un segundo en aferrarse al cuerpo musculoso del Alfa. El mayor lo enfundó entre sus brazos y dejó que llorase sobre su hombro cayendo ambos en la cama que tenían al lado.

—No me dejes solo... Jungkook... No quiero... No quiero dormir... Solo... —Hipó— Por favor... —Tartamudeó.

Ese pequeño hilo de voz en el menor hizo que los ojos del Alfa se encendieran en ese rojo intenso característico en su lobo. Y el de Jimin no se había quedado atrás.
Había comprendido que Jungkook era su soporte, y éste le había hecho saber con pequeñas acciones que estaría para él para drenar su llanto, que él sería quien secaría sus lágrimas y calmaría sus miedos en esas noches en las que Jimin se sumergía en la oscuridad de sus recuerdos.

—Aquí estoy, pequeño... No temas más. —Acarició las orejitas lobunas del Omega.

Sus lobos esa noche se habían encontrado mutuamente, habían permanecido durante esas largas horas de caricias y pequeños besos superficiales en la sien moviendo sus colas en una calma en la que solo los dos podían comprenderse.
Los dedos largos del mayor acariciaban con sutileza la espalda y los brazos del Omega, mientras que el último soltaba de vez en vez suaves ronroneos contra su pecho.

Crown; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora