Crown; 국민

Capítulo 57

—Pueden usar un poco de perfume de durazno si comienza a llorar o nos extraña, cuando es más activo es en la tarde y si por alguna razón comienza a llorar a esa hora es porque quiere ver por la ventana. Por favor, cuiden muy bien de él...

—Lo haremos, no te preocupes por ello.

Antes de decir su último adiós, se acercó al rostro de su cachorro dejando un beso en su frente, después de él fue Jungkook agregando una caricia en su cabeza.
Detrás de ellos los chicos ya estaban montados en sus caballos cada uno, sólo faltaba cierta pareja para por fin partir.
No los hicieron esperar, apenas y se despidieron de Jihyun subieron a sus propios caballos y así se perdieron de vista.
Esta vez el camino sería un poco más largo de lo habitual, ya que al ir al departamento de Yugyeom se habían alejado ya de una forma considerable de Spiraea.
Tardaron al menos unos 45 minutos en comenzar a ver el claro donde comenzaba el bosque, Jimin tenía el mapa de nuevo en sus manos.

Minutos después notaron que no muy lejos de ellos estaba un río que ellos no habían visto la primera vez, se preguntaban cómo era que podían haberse equivocado si habían seguido las instrucciones al pie de la letra.
Un puente de piedra era lo único que les separaba del otro lado del camino, parecía seguro, pero por alguna razón Yoongi les detuvo con demasiada insistencia.

—El río no es real, es tan sólo una ilusión... Lycoris la creó, le hizo creer a nuestros cerebros que realmente hay algo ahí cuando no es verdad.

—¿Qué hacemos entonces? ¿Cruzamos con los caballos?

—Eh... —Antes de poder responder Taehyung sintió una presencia, deteniéndolo con su mano antes de que avanzara un poco más.

—Escuché algo. —Yoongi levantó su mirada intentando adivinar de donde provenía el sonido.

—Hay alguien aquí... —Taehyung olfateó el aire y cuando encontró el responsable de ese olor espantoso desenfundó su espada y pudo atacar a tiempo al brujo que quiso acercarsele, el cual al recibir la filosa arma en su cuello, su cabeza se desprendió de su cuerpo hasta que cayó al suelo pastoso— ¡Nos tienen rodeados! ¡Jungkook, detrás de ti!

Cómo pudo, Jungkook se lanzó del caballo viendo cómo el hacha que iba directamente a su propia espalda, ahora se había incrustado en el caballo haciéndole caer en el piso relinchando del dolor, aquel hombre le miraba serio y estaba seguro de que si no actuaba rápido entonces el siguiente sería él.
Rápidamente Jungkook sacó su espada y miró en todas direcciones cuidando de que no hubiese ninguna otra persona cerca de él.

—¡Quédense aquí, yo iré con Lycoris! —Jimin avisó, poniendo a Apolo en marcha.

—¡Jimin, no! —No pudo hacer mucho, sus contrincantes se estaban multiplicando como cucarachas, y antes de que pudiese esperarlo, ya lo tenían rodeado.

. . .

No fue difícil el haberse acercado a las cabañas, pero si el encargarse de un gran número de los ayudantes de Lycoris. Estaban por todas partes, incluso parecía que estos eran más fuertes que antes.
Extendió su espada y soltando antes un suspiro, esperó no fallar en ningún movimiento, esperó que él mismo fuese suficiente para abrirse paso a su verdadero objetivo.

Al abrir los ojos al final de todo pudo ver a Lycoris intentando mantener una cierta distancia, sólo hasta que estuvo lista para atacar, y así derribó a Jimin de su caballo con un ventarrón. Soltó un gemido de puro dolor al haberse estampado en el suelo, y después inducirle un intensa presión dentro de su estómago, la sangre en sus venas hirviendo hasta llegar a su cuello.
Su espada ya estaba lejos de sí mismo, por lo que era imposible que pudiese tenerla de vuelta.

—No hiciste un gran trabajo buscándolo... —Dijo en apenas un hilo de voz.

Hizo un puño en su mano golpeándolo contra el piso provocando que éste se agrietara y formara unas líneas en ellas que se extendían hasta tres metros de distancia de él; al llegar al final de ellas, cada una poseía un círculo dibujado en azul que brillaba aún si la luna aún no caía sobre ellos.
Y de aquellos círculos, la vida fue restaurada luciendo justamente como fue terminada, las almas de los antiguos portadores del anillo de Jimin aparecieron para protegerle y guiarle. Lo había visto todo frente a sus propios ojos, el como se habían acercado a Lycoris a elevarla en el aire y después tirarla, ella escupió un poco de sangre hasta que fijó su mirada en el Omega que aún yacía en el suelo tratando de levantarse. De nuevo aquella sensación dentro de él hizo que sus pulmones soltaran el poco aire que había podido ingresar a ellos.

Cerrando sus ojos antes de que su vista se pusiera borrosa, tocó más débilmente el suelo pensando solamente en una persona que podía traer en ese momento para defenderle; SeokJin apareció entre un tipo de niebla frente a él que le había puesto a salvo, y pudo ver cómo a pesar de no poseer un cuerpo físico, sus ojos se iluminaron en un verde intenso, podía asegurar que se encontraba furioso.

—Jungkook viene en camino, ponte detrás de mí... —Era obvia su mentira, pero sabía que el mayor tendría en mente primero su seguridad, y si tranquilizarlo era un modo de protegerlo, entonces lo hizo sin dudar.

Inmediatamente obedeció arrastrándose en el suelo hasta que llegó a espaldas del mayor, sus piernas estaban entumecidas, y estaba seguro de que si intentaba levantarse, caería por el peso que no podría soportar.
Pronto vio cómo a pesar de que SeokJin estaba ocupándose de ella tomándola del cuello para así cortar su respiración, los demás espíritus comenzaban a desaparecer uno por uno, como si hubiesen tenido un límite de tiempo.

Lycoris reía en burla mientras le decía que aún teniendo el anillo puesto, no había aprendido a controlarlo del todo, y era por eso que su plan comenzaba a desbaratarse.

Jimin dejándose llevar por la ira como pudo se levantó y se mantuvo en un mismo lugar, después alzó su mano y sintió las llamas del fuego que había creado de la nada. Se sorprendió un poco y no iba a mentir que eso le había hecho sentir demasiado feliz, pero ahora que Lycoris estaba rodeada lo distrajo demasiado para no notar la presencia de uno de sus seguidores acercándose a él cada vez más.
Debajo de él aquel hombre con las fuerzas que le quedaban alzó su mano e incrustó una de las flechas perdidas en la pierna del Omega haciéndole soltar un grito lleno de dolor, la sangre salía a montones, comenzó a marearse.

—Por favor, trae a Jungkook...

Apenas y pronunció esas palabras, SeokJin pensó durante unos segundos si era la mejor opción, y cuando empezó a correr y se dió la vuelta pudo ver a lo lejos cómo Jimin creó un tipo de espiral de aire, como un torbellino alrededor de su cuerpo. Eso serviría durante al menos unos cinco minutos.