Capítulo 64 "Deja Vu"

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JAEBUM

—Entonces la rehabilitación ya está funcionando... Es increíble, pronto ya podrás caminar con normalidad. —Mientras caminaban, Jungkook se fijaba por cualquier cosa que podría ser peligroso para Jimin al usar su muleta.

—Sí, yo... Taemin ha sido de mucha ayuda.

—Hueles a él, ¿Tanto duró la terapia?

—En realidad nos abrazamos, me sentí muy feliz al poder hacer ese progreso.

—Es un buen fisioterapeuta, aunque al principio me volvió un poco loco el que fuese tan amistoso...

Eso había sido suficiente, entonces Jimin se dió la vuelta y decidió encararlo de una vez. ¿Cómo se atrevía él a celarlo si ya ni siquiera lo trataba como su esposo, cuando él no le había puesto una mano encima desde todo ese tiempo después de su reconciliación?
No, eso debía parar de una vez. No podía dejar que Jungkook se comportase así sin darle explicaciones.

—Él me dió su número. —Sacó el papel dentro del bolsillo de su pantalón— Porque él vio que soy lindo, que podría ir a citas con él... Porque incluso él notó que nosotros tenemos problemas, que ya no me llamas y tampoco me buscas como antes.

—Jimin, debes entender que...

—Déjame terminar, el punto es... No voy a usarlo, no quiero. Y es increíble que él que es mi terapeuta intente cosas que tú no. Al menos dime qué es lo que sucede, porque parecías estar normal cuando llegaste... ¿Qué cambió?

Y es que Jungkook no podía nombrar ni siquiera una palabra de lo que realmente estaba ocurriendo; desde que JaeBum llegó al palacio intentó de todas maneras estar alejado, de apartarlo cuando era tan descarado para coquetearle en plena cena.
Prefirió mejor juntar sus labios con los de Jimin, aún si éste primero se había negado gracias a su enfado, al final terminó cediendo atrayéndolo a su cuerpo.

Tomó a Jimin cargándolo en sus brazos todo el camino hasta que llegaron a su habitación, cayeron a la cama donde el mayor tan sólo le apresó besando su cuello impregnado de ese aroma extraño a canela, lamió una de sus glándulas de olor intentando impregnarlo del suyo, después de eso bajó un poco la camiseta del rubio dejando al descubierto si hombro y dejó unos cuantos besos dulces en él.

—¿Su Alteza? Su pastel está listo...

Se escuchó en el exterior la puerta ser tocada, la cara molesta del rubio podría haber sido digna de una pintura.
Jungkook se levantó dejando que su esposo cubriera su cuerpo en lo que él abría la puerta y recibía el pastel en la puerta.

—¿Oh? Príncipe Jeon... ¿El Príncipe Park no está aquí? Su pastel está listo.

—Puedes déjamelo a mí, lo comeremos juntos.

—Espera...

Le miró confundido unos segundos, después sintió la mano del chico en su hombro, tal vez apretando un poco de más y subiendo hasta un poco debajo del inicio de su cuello. Jungkook de inmediato le alejó mirándole amenazante, y el contrario soltó una risilla mostrándole una pequeña pelusa que al parecer había encontrado en su camiseta, antes de retirarse y despedirse con su mano en una forma algo coqueta.

—Lo despediré.

—¿Eh?

—Despediré a JaeBum. —Cuando llegó el pastel frente a él tomó un pedazo y comenzó a comerlo.

—¿Lo harás? Acaba de obtener su puesto...

—¿Vas a defenderlo después de cómo te tocó? Fue una total falta de respeto, claro que lo haré.

Jungkook no dijo nada más, a decir verdad tenía algo de miedo de meter la pata y decir algo que no debería, entonces prefirió guardar el silencio y acompañar a su esposo a intentar comer lo más posible de lo que su esposo le había pedido.

. . .

Caída la noche, la hora de la cena había llegado; una vez más los palitos y adornos de todos los días habían sido colocados para cada integrante de la familia... Y Yoongi, quien a pesar de ser un nuevo empleado del palacio, ahora de alguna forma era parte de su familia.
Jungkook a su lado sostenía su mano esperando por el plato principal, y cuando llegó de inmediato comenzó a comer bajo la mirada de JaeBum.

—Joven Im... Hay un cabello en mi plato. —Jimin señaló su plato, el cual no poseía absolutamente nada extraño.

—Pero Su Alteza, no hay nada en el...

—Claro que lo hay, por eso debes servirme de nuevo.

—Ya no quedan raciones...

—Vuelve a la cocina y prepara otra entonces.

—Su Alteza...

—¡Haz lo que se te ordena!

El chico salió disparado con el corazón latiéndole de forma descontrolada dentro de su pecho, nunca había visto al Príncipe actuar de esa manera... Y parecía tan amable el día en que lo conoció.
Y no era de menos, todos en la mesa se le quedaron viendo completamente atónitos; Jimin era un ser de luz, era alguien amable y bondadoso... Claro, a veces era muy caprichoso, ¿Pero actuar de esa forma? Nunca, Jimin nunca actuaría así, mucho menos con los empleados.

Jungkook intentó tomarle de la mano nuevamente, sólo lo rechazó levantándose de su lugar para por fin irse a dormir después de un día tan agitado. El peor error...
Porque justo cuando pudo ponerse de pie, llegó JaeBum con un plato hondo pequeño con algo de sopa dentro.

—Su Alteza, traje algo de sopa para que pueda esperar el...

Tarde, el plato había terminado cayendo en el cuerpo de Jimin, empapándole por completo del líquido caliente.
El rubio le miró atónito durante unos segundos, y después intentó limpiarse con una servilleta que el culpable de todo le ofreció.

—¡Estás despedido, empaca tus cosas ahora mismo!

—L-Lo siento muchísimo... —Intentó ayudar pero Jimin ya había tomado su muleta comenzando a alejarse tras la puerta. Después de él, JaeBum tomó la dirección contraria ocultando su llanto.

Entre los que quedaron en la mesa, miraron a Jungkook qué era aló que había sucedido, mas éste tan sólo les hizo entender que estaba igual que ellos dos, su mente estaba vacía... No entendía ni un poco lo qué ocurría, pero sí que debía buscar a Jimin.
Estando fuera de la cocina, escuchó unos pasos a lo lejos provenientes del jardín, así que fue el primer lugar que visitó. Sólo que no era su esposo quien estaba llorando debajo de esa sombrilla para jardín... Era JaeBum quien apenas le vio corrió a abrazarlo con fuerza.

—Jungkook, debo irme...

—Oye, no me abraces. —Intentó alejarle.

—¿Vas a quedarte con él después de todo lo que hizo? Es una horrible persona...

—Debes irte.

—¿Qué tal las veces en que te acurrucabas conmigo cuando me quedaba contigo en el hotel? Todos esas veces en que terminábamos haciéndolo en la noche...

—Fue sólo sexo, JaeBum. Nunca hubo nada entre nosotros, debes entenderlo.

—¿Entonces las veces en que me decías especial estabas pensando en él? ¿Es eso?

—Es mi esposo, y es la persona más maravillosa que alguna vez conocí. Yo lo amo, por eso debo pedirte que te vayas muy lejos de aquí, no te quiero cerca.

—¿Lo amas? ¿Entonces por qué lo engañaste, eh?

—Porque fui un tonto, y esos son errores que yo debo remediar. Así que largo.

Dicho y hecho, apenas y pronunció esas palabras se le fue dedicada una mirada llena de odio, después un tipo de deja vu sacudió su cuerpo cuando el mismo chico le besó y lo apresó contra su cuerpo usando sus brazos alrededor de su cuello.

—Estás condenado a ser miserable durante toda tu vida, Jeon Jungkook.

Miró los ojos del contrario cuando por fin le dejó libre, para tan sólo ser guiado por el mismo para encontrarse con la silueta de una persona mirándoles detrás de una ventana en el segundo piso.

Crown; 국민Where stories live. Discover now