THE YOUNG GENERAL'S WIFE IS MR. LUCKY (2)

296.

"Bien. Entremos." Jiang Mosheng le hizo un gesto a Yu Jinli y le pidió que volviera al aula.

No quería que el pequeño Jin-er viera su espalda alejarse, así que cada vez, Jiang Mosheng le pedía a Yu Jinli que se fuera primero.

Yu Jinli se volvió un poco y, mirando el rostro de Jiang Mosheng, que era demasiado bonito para apartar la mirada, regresó, colocó los brazos alrededor de su cuello, se puso de puntillas y le devolvió el beso como lo había besado Jiang Mosheng. Luego, tímido, se escabulló rápidamente al salón de clases.

Mirando la espalda de Yu Jinli gradualmente fuera de la vista del aula, Jiang Mosheng tenía ojos más oscuros y profundos. Después de mirar un rato más, se fue de buen humor.

Esta vez, debe liquidar el trabajo rápido, porque su pequeño lo estaba esperando en casa. No debería hacer esperar demasiado tiempo al pequeño Jin-er.

Yu Jinli contra la pared del aula, con el calor sonrojado persistiendo en sus mejillas. Los besos de Jiang Mosheng parecían quedarse ahí y le dieron un escalofrío en las extremidades. Lástima que el hombre se hubiera ido después de encenderlo.

Por primera vez, alguien encendió a Yu Jinli. Sin embargo, el hombre se había escapado. Se sentía ... mal.

En otra situación, definitivamente haría el amor con Jiang Mosheng, porque encontraba el sexo cómodo y dulce. Sin embargo, era un koi sensato sabiendo que Jiang Mosheng tenía una misión importante que hacer. Por lo tanto, se paró obedientemente donde estaba y no se puso al día.

Por primera vez, sintió la amarga dulzura.

Debido al entrenamiento, habían estado separados durante medio mes, y ahora, unos días después, estaban separados nuevamente. Yu Jinli estaba un poco molesto por eso.

Los estudiantes de la clase F, que se habían estado escondiendo detrás de la puerta, instantáneamente regresaron a sus propios asientos en el momento en que Yu Jinli entró al aula, como si nada hubiera pasado.

Habían planeado burlarse de Yu Jinli, pero cuando vieron su depresión, abandonaron el pensamiento de inmediato y trataron de averiguar cómo animarlo.

Esta era la mascota de la clase. ¿Cómo podía estar molesto?

“Castañocito, mira el Pikachu que dibujé. ¿Hay algún problema? Siempre fallé ". Yang Feiyu le dijo a Yu Jinli, como solía hacer.

Yu Jinli dejó a un lado su sentimiento de pérdida y caminó hacia Yang Feiyu para comprobar lo que pintó en el tablero de energía. Luego, señalando las partes en las que los errores ocurrían con facilidad, le enseñó formas efectivas de evitarlos.

Al escuchar sus instrucciones, Yang Feiyu se dio cuenta e inmediatamente volvió a intentar lo que Yu Jinli le había enseñado. Como era de esperar, las partes difíciles se volvieron mucho más fáciles. Aunque los métodos no podían garantizar un 100% de éxito, con ellos y más práctica, creía que pronto podría hacer una tarjeta de Pikachu.

En vista de esto, los demás también llamaron apresuradamente a Yu Jinli a su lado y le pidieron que comentara sobre su trabajo.

Yu Jinli revisó pacientemente el tablero de energía de cada compañero y señaló todos los deslizamientos y la forma correcta de pintar.