Harry Potter y las Historias Mágicas

Vivir Bien

*Lumus*

Harry Potter y las Historias Mágicas

-Vivir bien-

El golpe obligó a sus manos a volar fuera de la garganta de Mundungus, quien comenzó a jadear y farfullar. Antes de que Harry pudiera agarrar al ladrón una vez más, Mundungus agarró frenéticamente su caja caída y desapareció con un CRACK .

"¡VUELVE, LADRÓN -!"

"No tiene sentido, Harry", Tonks lo interrumpió en voz baja, apareciendo de la nada. "Probablemente Mundungus ya estará en Londres. No tiene sentido gritar ".

"¡Ha robado las cosas de Sirius! ¡Lo tengo que detener ! "

"Sí, pero aún así", dijo Tonks, sin problemas. "Deberías salir del frío".

Hermione le puso una mano en la espalda y Ron condujo al trío a través de la puerta de las Tres Escobas.

En el momento en que estuvo dentro, Harry se quitó los guantes y los arrojó sobre una mesa antes de estallar, "¡Estaba robando las cosas de Sirius!"

"Lo sé, Harry, pero por favor no grites, la gente está mirando", susurró Hermione. "Ven y siéntate, te traeré una bebida".

"No te molestes", dijo Harry con bastante rudeza. "No estoy de humor para eso ahora. Me dirijo de regreso al castillo ".

Harry se abrochó la capa con fuerza y ​​se acomodó el pañuelo carmesí alrededor del cuello. Hermione comenzó a hacer lo mismo, pero Ron negó con la cabeza y le hizo un gesto para que volviera a sentarse.

"Ron, ¿qué estás haciendo?" dijo Hermione.

"Caray, Hermione, dale un poco de espacio", dijo Ron. "Necesita un momento para sí mismo".

"Gracias, Ron", murmuró Harry. "Los veré a ambos en el castillo pronto, ¿no?"

"Nos vemos entonces, Harry," susurró Hermione tras él. Harry simplemente asintió con la cabeza en respuesta, y salió del pub concurrido al clima frío y miserable. No escuchó a Ron llamándolo por los guantes que dejó en la mesa.

Los pensamientos de Harry se desviaron hacia Sirius mientras caminaba lentamente por el camino hacia Hogwarts a través de lodo congelado y aguanieve. Ver a Mundungus con las cosas de Sirius abrió pensamientos que había mantenido reprimidos durante un año desde... bueno, desde la Batalla del Departamento de Misterios. Era una sensación extraña, no era ira como antes, sino simplemente pura pena y arrepentimiento.

Pasó un rato antes de que Harry se diera cuenta de que las voces de Katie Bell y su amiga se habían vuelto más estridentes y fuertes detrás de él. Harry miró hacia atrás a sus figuras, quienes comenzaron a acercarse cada vez más a él en el camino. Estaba claro que las dos chicas estaban discutiendo sobre algo que Katie tenía en la mano. "¡No tiene nada que ver contigo, Leanne!" oyó decir a Katie.

Leanne y Katie se acercaron ahora, sus pasos más rápidos que los suyos. Cuando Harry dobló una esquina en el camino, Katie chocó con él, la nieve se hizo espesa y rápida, y el paquete que Katie sostenía cayó al suelo helado. Instintivamente, alcanzó el collar de ópalo, que se había caído del paquete, sus manos frías envolvieron con fuerza el collar familiar.