Uno.

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Buenos Aires-Argentina.

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Llegó a su departamento compartido luego de un arduo día de trabajo, arrojando su casaca al sofá beige de la sala y aflojando el nudo de su corbata mientras pensaba en si sería mejor cenar o terminar su agotadora tarde en la cama. Entonces sonrió al pensar que la segunda opción era la correcta. Abrió la puerta de la habitación, dirigiéndose hacia el armario mientras desprendía su camisa y tomaba una camiseta blanca para dormir más cómodo, junto con un pantalón corto que fue un precioso regalo por su cumpleaños veintiséis.

— Ah, Issey.. -se tensó unos segundos al escuchar la voz femenina detrás de su cuerpo, para luego sentir los brazos deslizándose hacia su cintura, haciéndole sonreír un poco- Llegaste más tarde esta vez. -se giró lentamente sin deshacer el abrazo, para así observarla con una dulce sonrisa, notando la expresión de cansancio que la menor tenía-

Su novia era tan tierna. Estaba tan enamorado de su carácter fuerte, pero humilde y lleno de ambiciones a futuro, de su sarcasmo, buen humor y sobre todo, ese corazón tan honesto que amaba de ella. Pero, por alguna razón, no sentía atracción física hacia su chica cada vez que la veía en poca ropa, cuando se duchaban juntos e incluso cuando dormían semidesnudos en noches de verano; y quería creer que solo era por el respeto que tenía hacia ella o el hecho de que planeaba casarse cuando su chica tuviera veinticuatro años, para así poder darle la mejor noche de bodas y hacerla sentir especial. Sin embargo, la menor nunca mostró interés en lo sexual en ese año que llevaban siendo pareja y en cierta forma era algo bueno, porque su relación era más amistosa que amorosa y no había problema con eso.

— Perdón, cariño. Un cliente no estaba conforme con su canción para su comercial. -ella le sonrió con dulzura, acercando sus manos hacia las mejillas del más alto y poniéndose de puntitas para depositar un tierno beso en sus labios, y nada más que eso- ¿Has comido?

— Una hamburguesa, aunque me cayó mal. -su sonrisa era tan divina que podría decir que lo hacía sentirse cómodo, pero no hacía acelerar su corazón como debería de ser y estaba comenzando a preocuparse de que fuera demasiado obvio- ¿Por qué no me acaricias la pancita mientras dormimos? -su voz sonó juguetona, cosa que le hizo ruborizarse, pero mantuvo la calma cuando la escuchó reír- Debiste ver tu expresión..

Dijo aquello una vez que se alejó de su cuerpo, para caminar hacia la cama, recostándose del lado derecho y dándole la espalda cuando se acercó también, por lo que creyó que algo malo había ocurrido con ella. Entonces se deslizó por el colchón, cubriéndose con la sábana y abrazando a su novia por la cintura, notando el como ella trató de alejarle las manos de su barriguita al sentirse insegura, pero que solo logró darle ternura y le obligó a depositar un beso a su cabellera oscura.

— ¿Estás molesta?

— Algo estresada..-escuchó su suspiro, seguido de un movimiento que le hizo tensar se completamente cuando sintió su trasero contra su pelvis- Tal vez podrías...-logró voltearse para observarlo y pudo notar el como sus ojos tan expresivos brillaban al verlo, haciéndole sentir bastante mal por no poder corresponder a lo que quería en ese momento y estaba odiandose demasiado por eso- Issey...

— Me siento cansado ahora mismo. ¿Podría ser otro día?

Ella le sonrió al escucharlo, pero su sonrisa solo mostraba desilusión ante su rechazo, recordando los anteriores momentos en donde lo mismo sucedía cuando trataba de acercarcele. Pero por más que quisiera que su amado le demostrara cuánto la deseaba, ella estaba dispuesta a esperar por él lo que sea necesario, hasta que algún día le dijera que en verdad no la amaba o que al menos hayan alguna otra razón por la cuál no lo habían hecho aún.

Caótico Deseo|| TerminadaWhere stories live. Discover now