Cincuenta y tres.

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Sintió como los brazos de su amado lo acercaban más hacia a su cuerpo, suspirando entre sueños y la lluvia de esa noche en Daegu era la mejor sensación para estar enredados entre las sabanas, abrazándose cariñosamente. Mientras uno dormía, el otro se encontraba sonriendo con tanta emoción, creyendo que era uno de los mejores momentos, porque todo estaba saliendo tan bien que le emocionaba mucho; ya no sea un sueño absurdo de los cuales lo deprimían en el pasado. Decidió darse la vuelta lentamente, observando los párpados cerrados de YoonGi y sus labios entreabiertos, agradeciendo que la luz de fuera le permitiera apreciar la belleza de su hombre.

— ¿Por qué eres tan lindo? -susurró como si eso le molestara, pero le agradaba al mismo tiempo-

Acercó su dedo índice hacia la frente de su chico, deslizándolo hacia abajo, delineando la pequeña nariz hasta llegar a sus labios, quedándose allí y observándolos cuidadosamente, notando lo rosaditos que estaban al hacer un poco de frío, sonriendo al verlo bonito. Decidió inclinarse hacia adelante, cerrando sus ojos lentamente mientras que sus labios pomposos rozaban los ajenos, suspirando nervioso al querer besarlo como nunca antes lo había hecho, aunque eso era imposible, porque juntos habían probado todos los besos que podrían existir y eso era algo magnífico. Bajó la mirada hacia el inicio del pijama celeste, desabotonando el primer botón junto a otros tres más, dejando la piel expuesta del pecho del otro, pasando su mano por su pectoral hasta dejar expuesto el hombro izquierdo del mayor, viendo el tatuaje que se había hecho hace años, pasando sus dedos por las letras negras, acercándose después para besar su clavícula, tensándose por completo cuando escuchó la dulce y corta risa de la persona que fingió estar dormido desde que se movió entre sus brazos.

— Estás aprovechándote de mi.. -la dulce sonrisa de Min lo avergonzó cuando volvió a su lugar, dejando su pequeña mano en la cintura del otro mientras sentía la caricia en su mejilla que hacia latir con desesperación a su débil corazón- ¿Esto haces cuando no puedes dormir por las noches...? ¿Tocarme así?

— Solo admiro tu belleza. -fue sincero, sin importar que esté avergonzado por eso, poniéndose nervioso cuando el mayor inclinó su cabeza para atrapar su labio inferior en un beso tierno-

Cerró sus ojos lentamente, acercando su mano hacia la ajena que posaba sobre su mejilla, sintiendo miles de sensaciones maravillosas por ese increíble beso lento que se daba con su hombre.. Suyo.. De nadie más. Su cuerpo comenzó a estremecerse, la tensión sexual crecía con los segundos en los que su labio inferior recibía leves mordidas que lo excitaban, su deseo de que lo tomara era inigualable, pero aún seguía conciente de que no estaban en su casa y que el peligro de ser escuchados era bastante grande. YoonGi sonreía mientras lo besaba, dándose cuenta lo que provocaba en él, sintiéndose malditamente bien el jugar con sus deseos tan intensos, pero también lograba excitarse debido a la seducción que Jimin portaba siempre a pesar de no darse cuenta de eso..

— No podemos. -susurró unos segundos cuando sintió la mano de YoonGi querer entrar dentro de su pantalón, pero logró detenerlo por la muñeca antes de que siquiera lo tocara como lo había imaginado, siguiendo con ese beso lento que lo embobaba a pesar de estar demasiado tenso, reteniéndose a lo que su cuerpo deseaba ahí mismo- Estamos en casa de tu madre.. -pero el mayor hacia caso omiso a sus palabras, queriendo avanzar a pesar de que la mano en su muñeca hizo presión y rieron al parecerles divertido, aumentando la intensidad de ese beso, dejando pase a sus lenguas que se acariciaban con lentitud, gimiendo accidentalmente entre sus bocas cuando se había rendido, dejando que pudiera tocarlo-

Hizo presión con su mano en el glúteo de su chico, sintiendo el apretón en su camisa del pijama cuando logró satisfacerlo, ordenándole a Jimin el que se subiera encima suyo para poder tocarlo más, apretando gustosamente ese trasero que tan loco lo volvía, bajando sus manos por las piernas y volviendo a su zona favorita mientras sentía la lengua del menor en una guerra con la suya, junto a los gemidos bajos y el movimiento de cadera que hacía sobre su pene aún cubierto, friccionando de una manera tan deliciosa y frustrante que lo provocaba tanto. Decidió inclinarse hacia adelante para quedar sentado junto a su chico, desprendiendo sin delicadeza la camisa del pijama azul, tomando a Jimin de la nuca para volverlo a recostar encima suyo, besándole el cuello con ternura y pasión, sintiendo el como el menor deseaba poder tocarlo todo de él al mantenerse inquieto, alejándose después para darle el gusto como siempre hacia para disfrutar ambos de esas caricias.

Caótico Deseo|| TerminadaWhere stories live. Discover now