Ochenta y uno.

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Taehyung se sentía de dos maneras: triste y molesto. Triste, porque su novia no le habló durante el regreso al hotel y se duchó sola para "quitarse el enojo" como le había dicho, recostándose en la cama después sin desearle las buenas noches, aparte de romper la promesa de que seguirían con lo que fue interrumpido horas atrás de eso. Molesto, porque no comprendía la culpa que él tenía en eso cuando no hizo absolutamente nada, ni siquiera incentivó a Rose para que lo besara, para que lo molestara, para que todo eso se convirtiera en obsesión por parte de la rubia. Sin embargo, agradeció que el sueño de Lucy lograra que durmiera sobre su hombro en el viaje de regreso a casa.

YoonGi y Jimin se encontraban en una situación normal, pero parecía algo distante debido a la desconfianza que el menor tuvo, sin embargo, disfrutaron el vuelo entre caricias y besos reconfortantes. El de cabellos rubios se encontraba preocupado por la situación en la que tuvo que pasar su ex, pero como habían prometido el distanciarse decidió no tomarle tanta importancia y concentrarse en su objetivo principal para hacer felíz mientras que su prioridad notaba demasiado sus emociones, aunque lo dejaba pasar cuando Min le decía que todo estaba bien.

Ah, pero sentía que en verdad no era así.

— Nos vemos otro día, chicos. Descansen. -saludó Jeon, sonriendo dulce hacia el azabache y su novio antes de subirse a su auto que estuvo estacionado desde antes. Hoseok los saludó una vez más y se sentó del lado del copiloto-

— ¿Quieren que bebamos algo? -preguntó Jimin hacia Tae y Lucy que aún no se habían ido, ya que la menor decidió quedarse en la casa de su chico para compensar su molestia de antes- Con YoonGi íbamos a comer por ahí.

— Tenemos cosas que hacer, pero te debemos esa salida. -sonrió el pelicastaño, dándole un abrazo a su amigo por los hombros, decidiendo susurrarle algo que le hizo reír un poco- Diviertete con el gatito.

— De acuerdo.

Los vió alejarse desde la entrada del aeropuerto, dándose la vuelta para encontrarse a su novio que mantenía sus ojos cerrados debido al sueño. Decidió llevárselo a su casa antes de que él decidiera ir a su departamento y cocinaría algo delicioso para YoonGi mientras este podía dormir en la suavidad de su cama.

(...)

El ambiente de su casa se sentía tan bien debido al cuidado que la ama de llaves le otorgó mientras estaba ausente y su nevera yacía llena de comida, por lo que no debía preocuparse de ir a un supermercado. Había abierto el ventanal de la Sala y colocó algo de música en tono bajo mientras YoonGi dormía en la comodidad de su cama después de haberse negado un par de veces porque Jimin no quiso recostarse a su lado. Se colocó su delantal gris, observando la isla de la cocina y asegurándose de que ningún ingrediente falte, comenzando a cortar la carne correctamente y sonriendo tímidamente al sentirse tan lindo el cocinar para su novio. Antes era YoonGi el que siempre le cocinaba, pero ahora quería hacerlo él después de tantos años experimentando sobre la comida y los platillos de distintos lugares a los que visitó; sería su chef profesional, pero esa tarde prefirió hacer algo sencillo para su hombre.

El de cabellos rubios yacía despierto después de esa gran siesta, quedándose recostado un buen rato mientras pensaba en ir al día siguiente a su nuevo trabajo para entregar las canciones en las cual trabajó antes de venir a Corea y terminó aquí, viniendo a su mente la idea de darles esas letras a Hoseok para su próximo disco o a otro rapero si es que el menor no aceptaba. Pero sus pensamientos se borraron completamente al sentir el delicioso aroma a panceta de cerdo hervida y su ruidoso estómago que no dejaba de sonar, por lo que decidió levantarse de la cama, dándose cuenta demasiado tarde que no traía camiseta y que Jimin le había colocado de nuevo su cadena en su cuello, y fue inevitable sonreír mientras acariciaba el accesorio tan valioso.
Caminó por el pasillo usando solo su pantalón gris, sintiendo lo frío que se encontraba el suelo al estar descalzo y frotó uno de sus ojos para después capturar el cuerpo de Jimin que pasó rápido de la sala a la cocina. Su labio inferior se abultó un poco, acercándose más a la sala para ver los platillos ya colocados sobre la pequeña mesita de café frente a los sofás y el recuerdo de compartir la comida con el azabache siempre mientras se sentaban en el suelo llegó a su mente, enterneciéndolo, y haciendo latir fuertemente a su corazón; constantemente los recuerdos junto al menor llegaban como rayos sobre el cielo y le hacía ver cuánto amó, y ama a Park Jimin.

Caótico Deseo|| TerminadaWhere stories live. Discover now