Cuatro.

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Roma-Italia.


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El de cabellos azabache observaba el patio de la gran casa de su padre, percatándose que en esos dos años viviendo en Italia solo pudo disfrutar unas cinco veces de ese gran jardín; y que todo su tiempo se la pasó en la empresa de moda, chequeando prendas, modelos, empleados y sobre todo las ventas, acudiendo de un lado a otro sin pensar en su vida personal primero. Entonces dio un largo suspiro mientras inclinaba su cuello hacia atrás, cerrando sus ojos por un segundo y pensando en que ya era hora de rehacer su vida amorosa.

Sería algo completamente difícil. Fue difícil incluso olvidar al chico que fue su primer amor, alguien a quien amó de verdad y se sentía completo, pero vacío en cuanto se fue. Sin embargo debía volver a abrir las puertas de su corazón y darle la oportunidad a alguien más, alguien que tal vez lo haría muy feliz y le daría lo que alguna vez obtuvo.

Creyó que esos seis años bastarían para olvidarlo, pero es que Min YoonGi seguía en sus pensamientos como una herida que dejó cicatriz y en su piel esos besos inolvidables como huellas irremplazables... Como si lo hubiera marcado como suyo de por vida. Entonces sonrió incrédulo por creer algo así.

— ¿En qué piensas? -Taehyung apareció a su costado, observando al igual que él la hermosa vista, esperando a que respondiera a su pregunta-

— A que a veces olvido que este es el mundo real, y que el amor verdadero solo existe en los libros. -sintió la mirada del pelicastaño sobre él, por lo que mostró una bella sonrisa para fingir que estaba bien, que nada malo ocurría en su mente, pero el más alto lo conocía tan bien-

— Sé que estás nervioso por volver, pero estar aquí no te ha servido para olvidarlo y ningún otro lugar lo hará, porque él fue parte de tu pasado y no dejas que alguien más arruine el hecho de que lo amaste muchísimo.. De que lo amas aún. -Jimin solo lo observó en silencio, apretando sus labios para evitar que tiemblen ante el dolor de aquellas palabras-

Taehyung tenía tanta razón y lo único que quería era poder contradecir aquello, pero sería inútil, porque él mismo se rehusó a olvidarlo y dejando que YoonGi tomara ese puesto importante que alguien más podría tomarlo por siempre si él lo permitía. YoonGi lo había hecho tan suyo, tan de él, que era imposible el olvidarlo. El dejar que alguien más hiciera lo que él hizo, pero tal vez mejor o incluso peor.

— Tal vez debería de conocer a alguien más.

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Seúl-Korea del sur.

Jeon Jungkook se mantenía apoyado contra el vehículo de su trabajo, mostrando sus musculosos brazos como todo el chico malo que creía ser, esperando a que su amigo le respondiera la pregunta que le hizo en todo el camino hacia el aeropuerto y es que el mayor de cabellos oscuros lo había tomado desprevenido, y lo trajo consigo a rastras, sin decir ni una sola palabra, pero manteniendo una sonrisa tan grande que había aumentado su curiosidad. Sin embargo Seokjin no tenía planeado el decirle lo que estaba esperando, ya que esperaba a que él lo viera por si mismo.

Caótico Deseo|| TerminadaWhere stories live. Discover now