Caótico Deseo|| Terminada

Cincuenta y nueve.

YoonGi sintió como la puerta de su antigua habitación se abría lentamente y por la sombra de aquella persona supo, que era Jimin el que se acercaba. La cobija fue alejada solo unos segundos, sintiendo el como se recostaba detrás de él, para luego sentir su brazo rodeando su cintura, pegándose a él y buscar su calidez o darle la suya para reconfortarlo. No dijo nada, solo se mantuvo así en silencio, respirando sobre su cuello, tratando de hacerlo sentir bien y funcionaba, porque logró hacerlo sonreír.

— ¿Estás bien? -escuchó el susurró detrás de su oreja, sintiendo el como se acurrucó más a su lado-

Decidió darse la vuelta entre los brazos del menor, observando su rostro sereno gracias a la luz que provenía de la ventana. Acercó sus manos hacia la cintura de Jimin, moviéndose hacia abajo para esconder su rostro en el cuello de su chico, sintiéndose más relajado- Algunos recuerdos volvieron a mi mente y me di cuenta de que él siempre fue indiferente conmigo. ¿Qué debo hacer? Pienso que sería tonto darle una oportunidad, pero por otro lado, siento que en verdad cambió y desea remediarlo todo.

— Ya no pienses en eso, amor. -susurró dulcemente, sintiendo cosquillas en su cuello debido a la respiración ajena- No quiero que estés triste y frustrado todo el tiempo.

Jimin subió sus manos, acunando ahora el rostro del mayor para lograr que volviera a observarlo, dándole caricias a sus mejillas con sus dedos, sintiendo la presión de los brazos ajenos sobre su cintura como si no quisiera que lo dejara y nunca, nunca lo haría. Sonrió para él, tomando entre sus labios el inferior del otro, obsequiando un beso que calmó al mayor, logrando que se olvidara de aquella preocupación tan solo unos largos segundos. Sin dejar de besarlo, se subió encima de su cuerpo, apretando la camiseta de su hombre cuando sintió su erección rozarle el trasero y juraba que solo quería una noche de besos hasta dormirse, pero ahora sólo pensaba en lo bueno que sería hacerlo en su antigua cama. YoonGi apretó sus glúteos, mordiendo su labio inferior a cada segundo para que abriera más su boca y así adentrar su lengua, subiendo sus manos hacia su cintura para tocar su piel caliente, subiéndolas hasta su espalda y sentía tanto calor que ya quería estar completamente desnudo.

— Esto no era lo que planeé. -susurró unos segundos en los que sus labios fueron liberados, volviendo a sentir la intensidad de los besos del mayor, el amor y el deseo que estos expresaban- Mgh, YoonGi...-sus manos se posaron sobre las mejillas del otro, separando sus bocas cuando noto que él no lo haría, sonriendo con diversión al ver su expresión embobada solo por él y ese gruñido molesto que hizo- Tu madre está despierta aún; no quiero que nos escuche.

— Si somos silenciosos, no nos escuchará..

— No sucederá está noche. -le susurró con seducción, sintiendo aún los apretones en sus glúteos que lo provocaban más, pero no cedería esta vez-

Dejó un beso en sus labios antes de salir de su encima, escuchando el bufido del mayor que le hizo sonreír con maldad, colocándose a su costado y dándole la espalda, sintiendo después los brazos de su hombre que lo empujaron hacia atrás, chocando con su dura erección que le hizo jadear inconscientemente. La respiración detrás de su oreja provocó escalofríos en su cuerpo completo, junto a una sensación increíble al sentir la mordida en su cuello y un beso caliente, antes de escuchar su voz en susurro.

— Me las vas a pagar, bebé..

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No podía creer que Taehyung había rechazado a su petición y la obligó a empacar sus cosas para irse, con la excusa de que mañana debería asistir al trabajo. ¿Acaso él no quería volver a tener sexo con ella? ¿Tan mal había sido? ¿Se equivocó en algo? Esas y otras preguntas la atormentaron en esas dos horas, y media de viaje. Se sentía mal consigo misma, creyendo que tal vez no era lo suficientemente atractiva en el acto sexual y solo tuvo una pequeña probada de eso; su cuerpo se había cansado muy rápido, junto a un dolor intenso en su intimidad debido a la anatomía del mayor, lo cual aún la dejaba tímida.