Noventa y ocho.

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La celebración en la empresa Park había llegado, celebrando el éxito de la nueva marca de accesorios, y las ganancias de estos y aunque hubiera preferido mil veces llegar a su casa para pasar su gran día con su novio, su padre le había pedido que estuviera presente al ser una figura importante en la compañía, así que allí estaba, portando un traje negro con camisa blanca y corbata, saludando a cada accionista, embajador y los demás empleados, mostrando siempre su educación, logrando que su progenitor se sintiera más orgulloso de él.

— Disculpa si no invité a YoonGi, hijo, es que es algo de la empresa y ningún familiar está aquí.

— No se preocupe, padre.

Sonrió con cortesía una vez más, comprendiendo al mayor y recordando de nuevo cuando su novio le dijo que iría a casa de Taehyung para ayudarlo a escribir un álbum completo, ya que el pelicastaño pensaba comenzar una carrera músical, pero el hecho de que YoonGi pudiera verse con Lucy aún le causaba celos; se lo había ocultado para no hacerlo sentir culpable, pero por dentro aún tenía esa sensación posesiva, porque ella era su ex y aunque ahora eran amigos el hecho de que hayan estado juntos antes no cambiaba nada. A veces solo deseaba que la situación fuera distinta, pero la vida no siempre te daba buenas cosas.

Su padre lo dejó solo, así que decidió ir a la larga mesa donde toda la comida estaba, indeciso al no saber qué comer hasta que un chef se presentó frente a él, logrando que alzara la mirada al llamar su atención, sintiéndose tenso cuando la persona que portaba ese uniforme blanco era Bangchan, su ex conquista antes de que lo votara por el regreso de YoonGi. El de cabello ahora rubio lo observaba con serenidad, esperando a que le dijera qué deseaba cenar y así se lo preparaba, ignorando el hecho de que lo conocía bastante bien, que aún sentía un poco de rencor, que seguía herido por su rechazo.

— ¿Qué desea cenar, señor Park? -fue formal, como debía ser, pero para el pelinegro se sintió tan extraño-

— Yo... -no podía evitar sentir incomodidad, puesto que él fue grosero, pero trató de mantener la calma y elegir algún alimento- Uh, es difícil elegir, ya que debo comer de pie.. -pronunció cabizbajo, sin darse cuenta de que el chef lo observaba tan embobado por su apariencia tan atractiva- Mejor comeré algún postre.

Bangchan le sirvió unos pastelitos a su plato, siendo ordenado al colocar los mejores que había, entregándoselo en ese momento, rozando accidentalmente sus manos— Lo siento.

— Descuida.. -tragó saliva, pensando en que si YoonGi estuviera allí todo sería mucho más incómodo- Gracias por la comida.

— Disfruta la noche.

Se fue de allí sin más, maldiciendo bajo al tener que pasar ese extraño momento con alguien a quién no veía desde hace mucho tiempo, pero por lo menos ya tenía algo que comer y sin darse cuenta se comió un chocolate tan rápido que le cayó pésimo, porque no lo toleraba tanto, así que siguió por los otros bocadillos hasta que su padre lo llamó desde el pequeño escenario. Dejó el plato en otra mesa, acomodándose la corbata mientras caminaba hacia el mayor, sintiendo el abrazo por los hombros y viendo las sonrisas de orgullosos que le daban los demás, y estuvo a punto de sonreír si no fuera porque el dueño de todas las empresas de moda en este, y otros países... Le otorgó la empresa.

— Mi primogénito se hará cargo de todas mis empresas desde ahora que anuncio mi retiro en público; la transición se hizo discretamente para no asustarlos, sin embargo, sé que estarán muy bien bajo las órdenes de mi hijo mayor. -su sonrisa era tan grande que sus empleados aplaudieron, creyendo en sus palabras, confiando en que la empresa estaría en buenas manos, mientras que Jimin aún estaba atónito-

Su padre le ofreció un micrófono, dándole también los papeles que él mismo había organizado y ahora debía decirlo frente a todos. Sintió sus mejillas calientes; realmente no se esperaba eso y hubiera deseado tanto que su novio estuviera allí, dándole apoyo entre la multitud, pero no había sido invitado, solo su familia y la gente relacionada con la empresa. Comenzó a releer todo lo que había escrito, como si estuviera sacando a la luz todos sus esfuerzos para que la empresa de su padre tuviera mucho éxito, a pesar de ser un simple administrador; hizo la mayor parte e incluso se tomó la libertad de hacer el trabajo del Ceo, por lo que el puesto era suyo definitivamente. Su hermano menor y su madre no dejaban de verlo con molestia, porque ahora todo era suyo y aunque siguieran manteniéndose del dinero de su padre, odiaban el hecho de que él sea como un líder, alguien con mayor poder para manejar todo lo que ellos no. Cuando terminó de hablar y los empleados lo felicitaron, decidió tomar su móvil para llamar a su novio y contarle la noticia, quedándose más ansioso por el sonido seguía sonando, decepcionándose cuando mandó a buzón por cuarta vez, creyendo que tal vez estaba muy ocupado como para atenderlo..

Caótico Deseo|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora