Noventa y cuatro.

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YoonGi se posó debajo del umbral de la entrada a la habitación que compartía con Jimin, sosteniendo su dedo anular con los contrarios como si allí faltara ese anillo del que hablaba su amado con Lucy, observando al menor que se quitaba la ropa para cambiarla a su pijama, notando que estaba allí segundos después de abrocharse la camisa. Park le sonrió con dulzura antes de correr a un lado la cobija y sentarse en medio de la cama, escuchando los pasos de YoonGi llegar hasta él, sintiéndose tímido cuando lo observó arrodillarse en el suelo frente a la cama y en medio de sus piernas, acercando las manos a sus muslos cubiertos para presionarlos levemente, llamando así la atención a sus ojos.

— Hace cuatro meses volvimos a estar juntos, Jimin; dentro de poco serán cinco y quiero que esto que tenemos siga creciendo, pero no quiero casarme ahora mismo.. -el menor asintió lentamente, sintiendo un nudo en la garganta que no le permitió responder de otra manera, evitando a toda costa la mirada de su novio que tomó sus manos con delicadeza- Eso no significa que no desee hacerlo contigo. -acercó las manos del menor a sus labios, dejando un suave beso en el dorso de las dos mientras él lo observaba- Te amo y quiero pasar el resto de mi vida junto a ti.. -lo observó, notando los ojos brillantes de su chico que demostraban lo vulnerable que se sentía en ese momento- Me quiero casar contigo y tener bebés como lo dije hace años; lo quiero todo y no mentí cuando te lo dije esa vez... Solo debes esperar unos años más; te prometo que valdrá la pena.

— ¿Quieres tener bebés conmigo? -su sonrisa mostraba mucha emoción, sus ojos brillaban por las lágrimas que salieron inconcientemente, siendo quitadas con suavidad por los digitos de YoonGi que acunó su rostro para dejar un beso tan significativo-

— Quiero verte con un traje blanco en el altar, quiero que tengas esa sonrisa especial en tu rostro cuando los bebés lleguen sin importar como haremos para tenerlos, quiero tomar tu mano cuando las arrugas cubran mi rostro y descansar en paz a tu lado cuando me entierren en un cajón o un frasco si quiero cremarme..-la risa adorable de Jimin logró hacerlo sonreír también, rozando sus narices con dulzura mientras le hablaba a su boca, sintiéndose tan felíz- Lo quiero todo contigo, amor.

— Te amo, YoonGi..-sus brazos rodearon el cuello de su hombre, besando sus labios mientras las lágrimas se encargaban de humedecer sus mejillas, pero eso no le importaba, porque eran de felicidad eterna- Maldita sea, te amo tanto.

— Y yo a ti, mi Jiminie.. -susurró, volviendo a besarlo con necesidad- Te amo y te deseo siempre..

El menor le apretó la camisa oscura, inclinádose hacia atrás en el momento en que YoonGi lo hizo hacia su cuerpo, bajando la mano izquierda para sostener su cintura mientras la otra trataba de rozar la piel caliente de su abdomen, haciéndolo suspirar cuando el pulgar apretó su pezón derecho. El mayor estaba encima de él, encima de su pene erecto por el beso intenso que recibió, siendo inevitable el alzar la pelvis arriba para fingir una estocada sobre el trasero de YoonGi mientras este se encargaba de besarle el cuello y morderlo en el momento en que lo agarró de la cintura para moverlo sobre su regazo. Los botones de su camisa fueron desprendidos lentamente y los besos en su cuello dejaron de sentirse, obligándole a ver como el mayor de incorporó y le sonrió de lado, saliendo de su encima para colocarse en medio de sus piernas está vez, abriéndolas más y deslizándose por su cuerpo mientras su lengua se paseó de su abdomen hasta su pezón derecho, logrando que gimiera su nombre, mordiéndose el labio al sentir tan fuerte las palpitaciones en su pene aún cubierto y sabía que YoonGi se sentía igual de ansioso que él por volver a probar sus cuerpos.

De amor a deseo había un solo paso.

— Voy a comerte todo.

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Caótico Deseo|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora