CAPÍTULO 35: Habríamos sido imparables

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"Si me hubiera comportado de manera diferente, si hubiera dicho lo que quería, ¿estaríamos todavía juntos ahora? - Daphne Arias.

Céline

"Bonjour, ¿creíste que el investigador privado estaba tan sólo bajo el mando de Marco? En este negocio, no existen lealtades, solo quien ofrece más dinero, y yo lo hice. Sé las cosas que se dicen sobre mí, como los comentarios acerca de mí no proclamación como Sir Británico y mi despido de la jefatura del conglomerado Vanderbilt, pero dentro de lo que cabe soy un hombre con honor, al menos con el suficiente como para no ser el contenido que estás apunto de ver con tus propios ojos."

Sobre lo que parecían ser unas fotografías se alcanzó a visualizar una tarjeta o mejor dicho una carta, que sujeté frente a mis ojos, negándome aceptar todo lo que eso significaba.

"A pesar de todo lo que se pueda llegar a decir de la relación entre tu padre y yo, algo que siempre buscamos fue que nuestros hijos pudieran continuar sin el peso de nuestro pasado, pero al parecer fallamos estrepitosamente. He sido duro con Marco, él no merece nada de esto, pero tú tampoco. Eres digna hija de tus padres, Madame Lockwood, no permitas que todo se venga abajo por algo que no vale la pena a largo plazo.

Pero si todo esto no es suficiente para que ese teatrito entre ambos termine, tienes tres opciones: una charla conmigo, donde y cuando quieras, ver el contenido de las fotografías y... La última y mi favorita:

Los siguiente documentos son las pruebas irrefutables que lograrían acabar con la carrera de Marco, son las evidencias suficientes para ponerlo tras las rejas por muchos años. Es el resultado del alcoholímetro que demuestra que Marco estaba innegablemente ebrio esa noche y también son las transferencias que he hecho a la familia del hombre que debido al accidente automovilístico terminó en cuidados paliativos. Así es, en una noche de hace unos años él iba junto a James, en una de las carreteras de Alemania y chocaron con este hombre, pero él no sabe nada de esto, cree que solo oculté el resultado del alcoholímetro de la prensa.

Si no quieres verlo tras las rejas o con su reputación acabada, termina este teatrito antes de que sea demasiado tarde.

Cordialement, Antoine Vanderbilt."

Arrugué la tarjeta cuando capté bajo ellas lo que menos deseaba pero más esperaba de parte de ese hombre. La sangre se me fue a los pies y mi mundo se detuvo justo en el momento en el que mis ojos distinguieron las figuras en aquellas fotografías.

Se trataba de tres fotografías en cuestión, una en donde yo mantenía enrollada mis piernas alrededor de las caderas de Marco, con sus manos posadas en mis glúteos y yo besaba su cuello. En la segunda, él estaba con la cabeza en medio de mis piernas, acunando una de mis pechos entre su palma mientras yo enviaba la cabeza hacia atrás hundiéndola en la almohada. Y finalmente, en la última nos encontramos nuevamente en la cama, conmigo debajo suyo, con las piernas rodeando sus caderas, en lo que el pelinegro lanzaba estocadas tan profundas que yo no podía evitar gemir en su oído, hundía las uñas en su espalda y él plantaba besos en mi cuello y senos.

Jodida mierda. Todas estaban en blanco y negro, parecían haber sido capturadas a lo lejos, todo a disposición suya por la gran magnitud del ventanal a nuestra derecha. Quise gritar, quise matar a ese hombre, pero todo lo que pude hacer fue esconder detrás mío las fotografías cuando escuché la voz de Leonardo y Alessandro llegando con el desayuno.

—¿Todo bien, linda? —inquirió el menor de ambos, plantando un beso en mi mejilla.

—Eh...si, todo bien.

—Bien, trajimos tu té helado, tu croissant con Nutella y esas fresas con chocolate que te encantan...¿Estás segura de que está todo bien? Porque no sonreíste, y tú amas las fresas con chocolate.

Dulcemente Mortal y Letalmente Efímero [BORRADOR]Where stories live. Discover now