Dulcemente Mortal y Letalmente Efímero [BORRADOR]

Capítulo 68: El joven león

Narrador omnisciente.

Desde pequeño fue criado por su padre para liderar el mundo empresarial, ser el dueño de su propio mundo y construir su imperio, y por su madre quien le recalcó la importancia de estar uno o dos pasos por delante de sus enemigos, demostrando la astucia heredada en su mayoría por ella.

Desde su nacimiento, Leonardo Crawford estaba destinado a ser más que un simple líder empresarial. Criado en el seno de una familia italiana poderosa y adinerada, sus padres, figuras imponentes en el mundo de los negocios y las leyes, tenían ambiciones mucho más grandes para él. Desde una edad temprana, Leo fue moldeado y preparado para liderar no solo el imperio empresarial de su familia, sino también para aspirar a dominar el mundo en un sentido más amplio.

Educado en las mejores instituciones y rodeado de lujo y privilegio, creció con una comprensión innata del poder y la influencia. Desde una edad temprana, absorbía las lecciones sobre política, economía y estrategia con una mente ávida y perspicaz, pero más allá de su educación formal, fue la tutela de sus padres lo que verdaderamente lo preparó para su destino.

Sus padres, con su visión audaz y su astucia sin igual, le enseñaron los entresijos del juego del poder, la importancia de las alianzas estratégicas y el arte de la diplomacia. Aprendió a moverse en los círculos más selectos con gracia y confianza, siempre consciente de su estatus y su influencia.

Sin embargo, detrás de la fachada de confianza y poder, luchaba en silencio contra la presión abrumadora de las expectativas de sus padres y de la sociedad en general. La carga de llevar el legado de su familia se volvió cada vez más pesada, y pronto se encontró cayendo en las garras de las adicciones como una forma de escapar de la realidad implacable que lo rodeaba.

Las drogas y el alcohol se convirtieron en su refugio, en su manera de lidiar con el estrés y la ansiedad que lo consumían. En lugar de enfrentar sus problemas de frente, optó por sumergirse más profundamente en la espiral descendente de la adicción, alejándose cada vez más de su verdadero yo y de las aspiraciones que una vez tuvo.

Su caída fue rápida y brutal, y pronto se vio envuelto en escándalos y controversias que mancharon el prestigio de su familia y lo alejaron de su camino hacia el liderazgo. Sus padres, devastados por la transformación de su primogénito, lucharon por rescatarlo de las garras de la adicción, pero sus esfuerzos parecían en vano frente al abismo que se había abierto entre ellos.

Para Leonardo, la batalla era interna y solitaria, una lucha desesperada por encontrar una salida de la oscuridad en la que se había sumido, pero incluso en sus momentos más oscuros, una chispa de esperanza seguía ardiendo dentro de él, una pequeña voz que lo instaba a luchar por su propia redención y encontrar una nueva forma de liderazgo, una que estuviera arraigada en la autenticidad y la superación personal.

Él era un joven brillante y prometedor, con un futuro lleno de posibilidades por delante, pero cuando lo que comenzó como un escape ocasional de las presiones de la vida pronto se convirtió en una espiral descendente de dependencia y desesperación.

A medida que su adicción se intensificaba, se encontraba cada vez más atrapado en un ciclo interminable de consumo y autodestrucción. La metanfetamina consumía su mente y su cuerpo, dejándolo vulnerable y aislado de todo lo que una vez valoró.

Cuando tocó fondo tenía poco más de diecinueve, llevaba dos años consumiendo, específicamente desde que inició la escuela de negocios. Fue una noche en el penthouse de una de las personas que consideró su "mejor amigo", estuvieron bebiendo y drogándose, mujeres bailaban a sus alrededores, otras tomaban de las manos a sus amigos y los conducían a las habitaciones, mientras él armaba una nueva línea con su tarjeta de crédito y se preparaba para inhalarla cuando lo que debió haber prevenido, pero no lo hizo, sucedió justo frente a sus ojos.