Capítulo 60: Una diosa griega del Olimpo

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James

Él caminaba de un lado a otro, desesperado por la tardanza de la camioneta que nos llevaría al hospital en el que fue internada Emma luego de su accidente automovilístico. La noticia proveniente de una llamada de Antoine interrumpió la reunión que se llevaba a cabo con la Junta Directiva. Pude notar en su rostro que nada bueno sucedía cuando Luisa le susurró algo al oído, provocando que él, el hombre que jamás contestaba el teléfono en medio de una reunión se pusiera de pie, atendiendo la llamada.

"Debemos irnos. Emma sufrió un accidente." Dijo con frialdad, provocando que sintiera mi corazón detenerse de inmediato.

Sabía que estar alejado de Celine no era sencillo para él, podía notarlo por la manera en la que se refugiaba en el alcohol y en cigarrillo, un vicio que dejó cuando la italiana volvió a su vida, pero también sabía que nada ni nadie lograría que lo dejara, porque era eso o tener de regreso a su esposa. Cosa que no podía. Sin embargo, esa noche fue especialmente dura para Marco, porque el no tener a Celine para refugiarse en ella como usualmente lo habría hecho, lo irritó.

No la quería por un momento, por un instante. Estaba jodido, estaba irritado, pero yo no dudé en recibir a la castaña que se notó claramente estaba allí por él. La abracé con fuerza, porque si alguien logró entenderme cuando Emma terminó lo nuestro y logró ayudarme a salir de mi agujero personal, fue ella. Me invitaba a almuerzos o cenas junto a Marco, me visitaba en el departamento, incluso me llevaba chocolates.

Había decido que la ayudaría, que no permitiría que Lucius Vanderbilt se saliera con la suya y que haría todo lo que estuviera en mis manos para limpiar su imagen.

Nos reuníamos algunas noches en East Hamptons, era el único lugar en donde la prensa no nos acechaba, por lo que, con Whitney Houston de fondo, nos dedicábamos a recabar información en nuestros portátiles. Yo aprovechaba el hecho de ser cercano a la familia Vanderbilt para conocer algunos de sus planes y me llenaba de información murmuras por los empleados de la compañía; chismes, especulaciones y acusaciones, mientras ella, usaba al detective de su familia para conocer las últimas llamadas de Lucius, aunque el maldito logró evadirnos al no llamar a números reconocidos.

Era un proceso lento, de horas. Algunas veces traía sushi al regresar de su trabajo para cenar o incluso yo cocinaba algo rápido y sencillo. Habíamos avanzado mucho más de lo que esperábamos inicialmente, gracias al detective privado logramos encontrar algunas llamadas de Lucius con una misteriosa mujer, cuya identidad permanecía oculta a pesar de nuestras investigaciones, pero quien se encontramos identificar fue el amigo importante que tenía la familia dentro del departamento de papeleo en el Congreso americano. Se trataba de un hombre de tez morena, cabello canoso y alrededor de sesenta años, quien al parecer, fue la persona encargada de reemplazar el nombre de la verdadera testigo por el de Celine, inculpándola.

Era sumamente complicado el mantener oculto todo de Marco, porque además de ser mi mejor amigo y vivir conmigo, era un hombre supremamente inteligente. Él era increíblemente inteligente y astuto. Tenía una mente afilada y era capaz de planear estrategias elaboradas para alcanzar sus objetivos. Su capacidad para anticipar movimientos y manipular situaciones lo convertía en un líder formidable, por lo que no extrañó en el que me confrontara de camino al hospital previo a su encuentro con Celine:

—¿Te acostarías con ella? —me preguntó de forma directa, observándome en busca de una respuesta rápida.

—¿Perdón?

—Con Céline. Has pasado muchas noches en su casa, ¿te acostarías con mi esposa, James? Y no hago la típica pregunta de si dormirías con ella, porque Celine jamás dormiría con mi mejor amigo, pero la pregunta aquí es: ¿tú te acostarías con ella?

Dulcemente Mortal y Letalmente Efímero [BORRADOR]Where stories live. Discover now