Capítulo 71: The War is coming

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Marco

20 de noviembre.


Sabía que el mundo estaba de cabeza y que fue mi esposa quien lo puso de esa forma, los periodistas, los noticieros, los periódicos, cada maldito medio informativo estaba cubriendo el escándalo mundial acerca de la caída de Lucius, su vinculación con el lavado de dinero y sus innumerables delitos siendo la cabeza de un asesinato y una violación.

Comprendía que el hecho de que Celine hubiera confirmado que bajo el apellido Vanderbilt se lavó dinero, ponía la mira también en mi espalda, pero prefería que fuese así y que el mundo comprendiera que jamás lavé un jodido dólar a que simplemente me colocaran en el saco de Lucius.

La investigación en la compañía que dirigía dificultaría mi objetivo de mantener las cosas apacibles para no traer preocupaciones a casa teniendo a mi esposa embarazada, pero colaboré en cada jodido llamado de la Ley acompañado por ella y encontrándome allí a Antoine, Maverick y Logan.

—¡¿Cómo te atreviste a hacer esto?! —me saltó encima el último mencionado siendo detenido por su hijo—. Suéltame, ¡somos tu familia!

—¿Mi familia? Tu hijo intentó violar a mi mujer, tú no eres mi jodida familia.

—¿Es por eso, por esa mujer?

Intentó irse contra ella cuando la italiana se colocó a mi lado luego de saludar a mi madre siendo rápidamente detenido por mi mano contra la pared.

—Retrocede.

—Ustedes...

—¡Retrocede!

Dio dos pasos atrás, ajustándose el nudo de su corbata.

—Los esposos Vanderbilt...creen que lo tienen todo bajo control, ¿no es así?

—No, no todo, pero esto sí, sin duda alguna —respondió Celine, quitándose las gafas de sol.

—Tu hijo irá a prisión, donde posiblemente no sobreviva, es su destino, acéptalo y deja de joder.

Los días por venir se desarrollaron según lo planeado, la investigación continuaba llevándose a cabo, pero en bajo perfil, así que mientras todo parecía calmarse, volvía casa después de un largo día, tomaba las enormes cajas que llevaban a casa por pedidos que hizo Celine y las llevaba a la habitación de los bebés.

La ginecóloga nos dijo que lo recomendable era esperar hasta la semana 16 o 18 para conocer los géneros, pero mi encantadora esposa testaruda como siempre persistía en la idea de que tendríamos dos varoncitos. Intenté disuadirla, diciéndole que quizá no era lo mejor preparar la habitación sin saber exactamente, pero su madre, Phoebe Crawford y Emma influyeron a su favor, alegando que, si tenían los mismos síntomas dignos de gestar un varón, entonces ella tenía razón.

Durante el transcurso de la semana, asistía al trabajo, a las citaciones del Juzgado y también era un esposo y un futuro padre presente.

Celine había tomado la pequeña costumbre de llamar en medio de mis reuniones, pidiéndome cumplirle el capricho de comprar o conseguir como fuera su nuevo y extraño antojo y llevárselo a su trabajo. No me negaba, jamás lo hice ni lo haría, yo también quise tener una familia, así que yo tampoco descansaría como usualmente lo habría hecho.

Dejaba a James a cargo, me montaba en el auto y atravesaba toda la ciudad hasta conseguir lo que me pidió, y más de lo mismo hasta su bufete de abogados, donde atravesaba el lobby sintiendo el peso de la atención de todo el mundo sobre mí y finalmente llegaba a su oficina, en donde la encontraba vistiendo formal con sus clásicos anteojos que, a diferencia del resto de las personas a las que les parecía tierno siempre, a mí me calentaba.

Dulcemente Mortal y Letalmente Efímero [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora