SOPHIA PIERCE - DOS MESES DESPUÉS

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Cuando lo necesitas no sucede, pasa cuando la vida quiere mostrarte que la cagaste tanto que ahora que alguien más es feliz con la persona que amas, solo debes respetarlo y liberar. ¿Pero cómo dejas ir lo que más has amado en tu vida sin que sientas que un rayo rompe en mil pedazos tu corazón?

 ¿Pero cómo dejas ir lo que más has amado en tu vida sin que sientas que un rayo rompe en mil pedazos tu corazón?

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—¿Puedes dejar el puto móvil en el bolso? ¡Te necesito en la cancha! —me gritó Ksenya que ya llevaba al menos unos cinco minutos esperándome y le iba a dar un colapso

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—¿Puedes dejar el puto móvil en el bolso? ¡Te necesito en la cancha! —me gritó Ksenya que ya llevaba al menos unos cinco minutos esperándome y le iba a dar un colapso.

Entré a jugar y lejos de concentrarme estaba siendo un desastre. No coordinaba ni corría con rapidez y ella estaba bombardeándome.

—¡Qué asco de juego! ¡Pierce! —gritó de nuevo, mateándome y pude recibir su saque devolviéndole la pelota—. ¡Tus piernas! ¡Usa las malditas piernas, Sophia!

Seguí jugando tratando de que la ira que solía impulsarme apareciera, pero no había rastro de ella. No me concentraba en la rabia porque no era lo que sentía. Una tristeza infinita se fue instalando en mi cuerpo, recorriéndome sin la intención de dejarme libre. La nostalgia se adueñaba de mí y aunque no dejaba de correr, de devolverle las pelotas, contra Ksenya no podías jugar con debilidad. Ella se encargaba de matar tus puntos ciegos, de aniquilarte en tu talón de Aquiles y eso estaba haciendo. Cuando perdí el segundo set ella no paraba de reclamarme y no entendía qué estaba sucediendo conmigo.
Había ganado cinco torneos, y de seguir así tenía oportunidad para competir por el Grand Slam, pero esa tarde no salía mi mejor versión. Era como si un cúmulo de inseguridades se fuera acumulando dentro de mí, y entendía que era lo mejor, que pasó lo que iba a suceder. Que mi objetivo era que estuviera con alguien que no le restara y eso estaba pasando. Pero si eso era lo mejor, ¿por qué se sentía el nudo en el pecho? ¿Por qué el aire no era suficiente para que pudiera respirar? Jugaba por inercia como un robot que cumple lo que le han exigido, pero no está allí. Mi mente estaba con Julie, con la única diferencia de que por primera vez no estaba manejando la nostalgia de extrañarla. No estaba consiguiendo que dejara de afectarme.

El capricho de amarteHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin