CONTINUACIÓN

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—Que es broma, artista, quita esa cara, ¡bromita! —habló Ksenya y pude soltar el aire que tenía retenido—. Jamás tengo relaciones sin protección y ya sabes mi problema. Por supuesto que no es de Logan.

—Entonces... —Me quedé callada porque las palabras no estaban funcionando.

Nada estaba funcionado excepto sus ojos y sus manos sobre su vientre.

—Me hicieron la fecundación in vitro con tus óvulos y el donante que escogí.

Volví a respirar y Julie me haló para acercarme a ellas. Estaba petrificada a dos metros de distancia y ni siquiera había notado que mis piernas temblaban hasta que tuve que caminar. Ni siquiera noté en qué momento las tres nos habíamos puesto de pie. Todo había sucedido tan rápido y seguía en shock.

—Por eso llorabas, es normal —intervino Julie con demasiada dulzura—. Las hormonas están jugando su papel y más los primeros meses.

—¿Los primeros meses? ¿Cuánto tiempo tienes? —pregunté hacia Ksenya.

—Esta prueba no es de hoy —me respondió la rusa dejándome más desconcertada—. Tengo dos meses pero no quería decirte nada hasta tener tres.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y la alegría comenzó a abrazar mi interior.

—¿Por qué no nos dijiste? —fue mi pregunta, y no le estaba reclamando, solo quise saber.

—Julie sí lo sabía, de hecho... ella fue conmigo al primer eco.

Suspiré aliviada al saber que no había ido sola y no podía molestarme. Con ellas jamás podría sentir ningún sentimiento de rabia o rechazo. Ahora entendía el porqué me pidió que la abrazara, y porqué no había sido tan pesada con Ksenya en los últimos días. La atmósfera estaba cargada de emoción, pero mi cuerpo no se movía. Me sentía conmocionada y necesitaba calmarme para que no notara que la noticia me estaba alegrando de sobremanera. Yo no era su mamá y lo entendía, pero ya amaba a ese bebé, ya lo estaba amando y ni siquiera había nacido.

Juro que en ese instante sentí que un amor profundo se gestaba dentro de mí, estaba idiotizada, yo, que nunca fui tímida o dubitativa, no sabía cómo reaccionar o qué hacer.

Julie se encargó de la situación. Tomó mis manos temblorosas y le subió el sweater a Ksenya para colocármelas en su vientre. Necesitaba sentirlo y ella lo hizo posible. «Todo estará bien» me susurró con sus manos sobre las mías en el vientre de Ksenya. Mi corazón comenzó a latir más rápido, al saber que adentro de Key había vida. Allí estaba el bebé del futuro que por tanto tiempo soñó.

Los labios de Ksenya curvaron una sonrisa radiante. Mi corazón estaba desbordándose de felicidad, pero sobre todo de gratitud con Julie por haber estado allí, y con Ksenya por haber aceptado mis óvulos.

—Hay algo más... —fue Julie la que cortó el silencio y la vi sonreírme, conocía esa sonrisa. Era la misma que utilizaba cuando me tenía una gran sorpresa.

Ambas se miraron entre ellas y confirmé que aunque su relación de amistad fuera extraña, también era sincera. Ksenya apretó la mano de Julie y ambas dejaron de mirarse para mirarme a mí.

—Son dos bebés —repitieron casi al unísono como si hubiesen estado practicando la forma en la que me lo revelarían.

—Y ya sabemos el sexo —continuó Ksenya y ni siquiera me había adaptado a una noticia cuando me daban la siguiente.

No podía creerlo.

—Le dije varias veces para hacer revelación de sexo, pero es una impaciente y se hizo una prueba genética especial, porque es una ansiosa y no podía aguantar la incertidumbre, ¡quitó toda la emoción! —se quejó Julie—. Ahora le pedí que no te diga para que hagamos una revelación con invitados y revelemos ese día el sexo para ti. ¿Te parece?

El capricho de amarteWhere stories live. Discover now