El mundo perdido

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No entendía cómo era factible que pasáramos de la felicidad más plena a ese estado de limbo, en donde todo es incierto.

Decirles que me sentía saturada, es poco, pero no había nada qué hacer. Estaba en un viaje y no iba a retirarme porque la pareja perfecta, estuviera presente. Por algo decidí dar el paso para superarme a mí misma. Ya no quería volver a ser la persona insegura, ni asocial.

Asumí el reto de Jéssica y a medida que volábamos, me dije que iba a tener palabra. Mi despedida al instituto era una despedida a una vieja parte de mí. Me había superado gracias a las personas que conocí y entre esas estaba Sophia, pero hubo un cambio y no podía permanecer a su lado si eso me hacía daño.

Ella no sabía cómo disculparse,
y yo no quería una disculpa.

Bajamos del avión y la profesora con sus detalles, se encargó de que estuviera distraída. Era su ayudante, pero Belén casi ni me dejaba. Intenté pasar la lista, preparar el itinerario, apoyarla, pero ella me trajo café, me quitó las carpetas y me dijo que tenía todo controlado.

Sophia puso a Noah a cargar el gran ramo de rosas que le regaló. Seguían hablando de ellos y cuando trató de acercarse a mí, Paula hizo lo que le pedí y la mantuvo lejos.
¿Qué explicación podía darme?
Era su novio y así estaban las cosas, nada por agregar.

La buena noticia es que todo fue tan rápido, que antes de que me diera cuenta, ya habíamos emprendido el recorrido.

Nos dividieron en Jeep 4x4. Belén logró que nos separaran y durante el trayecto de ocho horas no la vi, ni a ella ni a su novio. Lo último que recuerdo es que era tan incómodo cargar con un montón de rosas, que tuvieron que botarlas o no sé si las regalaron, pero Belén me guiñó el ojo con complicidad después de dar la orden. Ni siquiera me importó.
Literalmente nada me importaba.

Las vistas de la sabana, el olor a naturaleza, a frescura y a renovación fueron cautivándome. La felicidad y la sensación de que nada podía salir mal se hicieron presentes.

Benjamin hacía todo por disculparse, estaba nervioso y avergonzado y Paula, maliciosa, le decía que no le daría sexo por mal amigo. Estaban frente a Belén y a mí, y estar con ambos (aunque Benja fuera un idiota) tenerlos, sumado a Belén mirándome fijamente, fue ayudando a que sacara de mi mente la escena de amor más linda y falsa que había visto en mi vida.

No podían anular las expectativas que tenía del viaje. Porque quería ir con ella, quería mi mundo a su lado, pero Sophia estaba minada de inseguridades. Había sido suficiente.

Sophia: Antes de que nos quedemos sin cobertura, quiero que sepas que no lo sabía. No quería que esto sucediera, no es justo para ti, ni para Noah.

Julie: No pasa nada.

Sophia: ¿No estás molesta?👀

Julie: Tenías razón cuando dijiste que no ibas a abandonarlo. Te ama y hoy lo demostró. Simplemente ya no quiero estar en el medio. Fue un error de mi parte. Sorry. 😉

Sophia: No contábamos con enamorarnos.

Julie: Quiero creer que el amor no es lo que tenemos.

Sophia: El amor debería describirse describiéndonos a nosotras. ¿O acaso me vas a decir que no lo notas? ¡Deberíamos ser el sinónimo de todos los enamorados!

Julie: El amor de tres es un asco y es peor cuando a alguien no le gusta la tercera persona. Así que no me digas que lo que sea que tenemos es el verdadero amor, porque no me gusta tu novio y es raro, ¿sabes? Me agrada tanto que hasta siento pena por él.

El capricho de amarteHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin