Ksenya K. La vida sin ti.

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"El duelo es el precio que pagamos por amar profundamente" fueron las palabras de la reina Elizabeth II, y estaba viviéndolas. No podrías entenderlo, porque nadie lo hace, ni siquiera yo. Cuando murió mi hermana el mundo se vino abajo, pero supe que podía reconstruirlo. Cuando tú te fuiste, simplemente, también se fue mi mundo.

Por eso decidí renunciar a esa maldita idea, Sophia. Tú sigues viviendo. No acepté que te fuiste. No pretendo aceptarlo. Así sea en un paréntesis de mi mente, o en ese multiverso que nos quiere juntas, allí sigues viviendo. Eres fuerte. Por eso te leo, por eso te hablo maldita sea. Y ahora me llega tu carta, me llegan las palabras que más he necesitado y no estoy lista. Mierda, ¡no sé si es peor leerte y que no pueda hablar contigo! A quedarme con la idea de que no sentiste lo mismo.

Y aquí estoy, lejos de todos, intentando encontrarte, intentando llegar a la cúspide para poder besarte. Tomándome los tequilas que antes nos tomábamos juntas, llorándote, queriendo arrancarme el pecho para no sentir que la herida me carcome hasta hacerme cenizas.

Pero ¿sabes algo? Hoy pienso contarte cómo puede ser la vida sin ti. Mierda. Entiende mis palabras: sin ti no soy nadie. ¡Te necesito! Espero que desde donde sea que escuches lo recuerdas y vuelvas por mí. ¡Vuelve por ellos! Vuelve por Julie. Faltaron los hijos que tendrían juntas, Pierce.

¿Quieres saber cómo funcionaría la vida sin ti? Pues voy a recrearlo. Voy a contarte cómo para que entiendas que jamás será tu hora. Que para mí tienes que seguir existiendo.
             

Mi vida sin ti:

Desde que me fui de la clínica donde te despediste de todos, donde dijiste adiós al maldito mundo, y me dejaste sola... desde ese instante tomé la decisión que ameritaba para estar bien por ellos. No me importó equivocarme. Me necesitaban y fue mi primer acto de madre por los hijos que siempre soñé, los hijos del futuro a los que les hablaba antes de nacer, esos que son un pedazo de ti. Esos que tú decidiste darme, artista. Esos que hoy están en clases de natación con Julie. Que absurdo, que ilógico que ella haya recorrido el mundo solo para encontrarlos. Y después de tenerte, después de conseguir que una y otra vez la escogieras, no se conforma. Quiere quitármelo todo, y lo consigue con facilidad. Todos quienes me quieren, al parecer, siempre la querrán más ella, que pretende "entenderme" y al mismo tiempo me juzga por Liana. Cuestiona mi crianza y quiere imponerse. Pero... yo mantengo mi decisión. Esa que tomé el día que te fuiste cuando salí de la clínica y fui a buscarla.

Ese día caminé hacia ella, hacia el lugar que me rompió en pedazos para luego hacerme fuerte. Caminé hacia quien me robó mi inocencia par mostrarme que era una Diosa, que los mortales sufrían, pero yo no. Que no nací para sentir dolor.

«Me retiro del tenis. Tendré a mis hijos en un destino alejado de todos y mi propuesta es puntual: quiero que vengas conmigo con lo que eso conlleva. Tienes dos hijos, y venir conmigo significa alejarte de ellos por el tiempo que yo lo amerite. No quiero visitas. No quiero tener a nadie cerca de mí, exceptuándote a ti y a mi equipo de seguridad. Pero ya no tenemos nada en común, más que mi deseo de volver a ser lo que era antes. Quiero que cuando ellos nazcan no me vean destruida. Quiero verlos a los ojos y poder sonreír. Se lo debo a ella. No puedo dejarme morir» le expliqué a Liana, sin quitarme los lentes de sol. 

Sabía que las consecuencias eran grandes. Estaba renunciando al alma que me demostraste que tenía, con tal de ser capaz de controlar mi dolor.

«Ellos son mis hijos de sangre, pero tú eres la hija que elegí, Ksenya. Aunque no hayas nacido de mí» respondió casi al instante sin titubear y luego expresó: «Te dije que el amor dolía, que en la vida existían mejores placeres que el de una ilusión efímera que te destruye, y ahora estás abandonando tu carrera profesional de tenista y la gloria que te eleva solo por estar destrozada, pero te equivocas al pensar que el tenis es lo único que tenemos en común. Nos une el pensamiento crítico, y lo que te pasó con Sophia, a mí me pasó contigo. Me impregné de tu alma como a una hija, pero no cualquiera. Te convertiste en la razón de mi existencia, y he esperado el momento de regresar junto a ti. Siempre voy a arrepentirme por cruzarte con un psicópata. Estoy en deuda contigo, Khokryaeva. Mi vida te pertenece». 

El capricho de amarteحيث تعيش القصص. اكتشف الآن