capítulo 22

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LUCAS.

Era pasado el medio día, aún no recibía ni un mensaje de Ricky.
Al pensarlo mejor ya no creía que fuera una muy buena idea.

Deje de lado el cuchillo que tenía en la mano derecha. La cebolla hacia arder como el infierno mis ojos.
Abrí la ventana frente a mi para dejar que el aire entrará y alivianara el ambiente de la cocina.
El día estaba despejado pero frío. Pase una mano por mis ojos, tratando de aliviar el escosor.
Baje la vista a la tabla con verduras picadas. Frunci el ceño. ¿por qué me habia puesto a cortar tantas verduras sin saber lo que cocinaria?. Dios andaba con la cabeza en cualquier parte.
Deje todo de lado, apoye ambas manos sobre el mesón, y mire por la ventana. Deje que el aire frío me enbriagara, cerré los ojos al sentir una brisa fresca. Cuando los abrí creí que estaba soñando, que me había quedado dormido sobre el piso de la cocina.
Lave rápidamente mis manos, y a toda prisa salí de la casa.

-¿antonella?- dije una vez que llegue a fuera. Camine lentamente en dirección a la chica que estaba de espaldas a mi.
Lentamente se giró a verme. Mi pecho reboso de alegría al verla.
-hola- saludo con timidez.
-¿qué haces aquí?- me acerque a ella, como podía trataba de apartar la sonrisa estúpida que amenazaba con formarse en mi rostro.
- decidí volver- se encogió de hombros.
-¿me extrañaste enfermera mono?- bromie.
-si como no Miller.-llegue a su lado y bese su mejilla en forma de saludo.
-¿como estas?- quise saber.
-mejor,¿y usted?
-mejor- sonreí ampliamente.

Luego de hablar un rato, y de que antonella dejará su maleta dentro de la casa fuimos a la mía. Le conté que había picado una tonelada de verduras y ahora no sabía que hacer con ellas.
Juntos cocinamos. Se sintió tan extraño. A ratos cuando volteaba a mirarla me imaginaba ir hasta ella y abrazarla por la cintura.
Varias veces tuve que excusarme diciéndole que debía ir al baño, cuando lo único que necesitaba era salir de ahí para evitar hacer lo que mi mente me ordenaba.
¡Mierda! Jamás pensé que esto se volvería tan incontrolable.
¿que es eso que siento por ella?. El cariño hacia una amiga no es así.
-bien Miller deja de ser tan idiota y reconocelo de una vez- me dije mientras observaba mi rostro mojado frente al espejo. Estaba con ambas manos apoyadas en el lavabo. Ya era hora de reconocerlo. Me gustaba antonella; pero ¿cuando paso todo esto? ¿en que momento comencé a sentir atracción hacia ella?. Es decir, es una chica guapa y todo, pero siempre trate de verla como mi alumna. ¿Cuando le dije que era mi amiga, lo hice para ocultar la verdadera razón de mi cariño hacia ella?.
Recién ahora me daba cuenta que era un completo estúpido.

Salí del baño, al llegar a la cocina no vi a antonella, fui hasta el comedor, ahí estaba ella esperándome de pie junto a la mesa.
-todo listo Miller, a comer- sonrió ampliamente. Estaba sorprendido. Me acerqué a ella.
-esto huele delicioso- dije nervioso.
-y lo esta.

Nos sentamos a la mesa. Como bien dijo ella, la comida estaba deliciosa. Un shapsui de verduras y pollo realmente delicioso, acompañado de papás horneadas.

-yo quería hablar con usted- dijo repentinamente. Levante la cabeza y la mire.
-¿sobre que?
-sobre lo del otro día...
-antonella eso ya no tiene...-me detuvo.
-usted corrió peligro por mi culpa.
-no digas eso.
-lo digo, y usted sabe que es verdad-sus ojos se llenaron de lagrimas- no sabe el miedo que me dio al ver su motocicleta destrosada.
-y tu no sabes el pani...-respire profundo, este no era el momento apropiado para hablar de eso- mejor lo hablamos en otro momento.
-esta bien...
-y por favor ya no llores- me acerque a su rostro y con el pulgar seque una lágrima que comenzaba a correr por su mejilla.

Terminamos de comer, sin hablar mucho. Estaba realmente nervioso. No era la primera vez que estaba a solas con ella, pero por una extraña razón estaba más nervioso de lo normal.

¿Qué Oculta Profesor Miller? (Borrador)  Där berättelser lever. Upptäck nu