¿Qué Oculta Profesor Miller? (Borrador)

capítulo 73.

LUCAS.

— ¿a donde quieres que te lleve? — me preguntó Ricky una vez que cortó la llamada con Rafael.
— al colegio.
— ¿piensas trabajar hoy?
— si. Rafael nos dijo que trataramos de hacer todo con normalidad. Queremos evitar vernos involucrados en esa muerte, ¿o no?
— por supuesto. Solo creí que te tomarias el día.
— claro que no. Ya he faltado demasiado. Creo que faltar un día más será abusar de la buena voluntad de la directora, y tampoco quiero que antonella comience a imaginar cosas.
— tienes razón... Es mejor que vayas. Yo iré a ver a Paul.
— bien.

Ricky me dejó frente a mi casa y se marchó.
Con la poca energía y el escaso ánimo que me quedaba entré a la casa. Me dí una ducha rápida y me puse ropa limpia. Lo único que me restaba por hacer era inventar una nueva excusa frente a la directora, que de seguro ya debía tener más que cabreada con mis cuentos. Pero de todas formas debía inventar algo para decirle y explicarle mi atraso.

Terminé de arreglarme luego de unos diez minutos, y como ya no quería perder un segundo más agarré la motocicleta y me puse en marcha. Conduje lo más rápido que pude, y gracias a eso, en menos de quince minutos llegué al aparcamiento del colegio. Estacioné la motocicleta, tomé mi maletín e inspirando profundo me dirigí hacia el interior del establecimiento, maquinando la nueva excusa que le diría a la directora.

Iba casi llegando cuando mi celular sonó. Lo saqué de mi bolsillo, y sin mirar el nombre en la pantalla contesté.

— ¿qué piensas hacer hoy? — por el timbre de voz supe enseguida que era Rodrigo.
— estoy en el colegio.
— ¿piensas dar clases? — preguntó Rodrigo con un tono de voz que le hizo sonar realmente sorprendido.
— claro — respondí frunciendo el ceño — tú mismo nos dijiste que hiciéramos nuestras rutinas de forma normal.
— lo dije, pero eso no significaba que te fueras a meter a la boca del lobo de forma tan repentina.
— ¿por qué lo dices?
— hablé con Liz hace algunos minutos y me dijo que el colegio estaba hecho un lío.
— ¿de verdad?
— si. Al parecer llegó la policía y una oleada de rumores se esparció. Tanto así que los profesores no han podido realizar sus clases.
— carajo...¿y qué clase de rumores?
— van desde que uno de los profesores esconde drogas en su casillero, hasta que uno de nosotros tiene una relación amorosa con... una alumna.

Lo último me hizo detener en seco. Ese rumor perfectamente podía incluirnos a Antonella y a mi.
Miré hacia el colegio debatiendome entre si debía entrar y enfrentar lo que fuese a pasar o irme y buscar alguna solución desde fuera. Pero el problema estaba en que, si ese rumor se refería a nosotros, todo el colegio se iría encima de Antonella, la apuntarían con el dedo, la tratarian con insultos y de seguro tendría problemas con la directora. No podía simplemente irme y dejar que eso le ocurriera.

— ¿Lucas? — habló nuevamente Rodrigo.
— ¿de verdad anda circulando ese rumor? — pregunté rápidamente.
— al parecer si. Pero tranquilo, no trata de ustedes. Según lo que a escuchado Liz ese tema del profesor y la alumna incluyen al profesor de música con una chica de segundo año.
— ¿estas seguro?
— completamente.
— gracias a Dios — dije soltando el aire que había mantenido retenido.
— necesito que vengas a verme, de inmediato — dijo Rodrigo cambiando el tema.
— ¿para qué? — inqueri— ya te dije que vine al colegio.
— es importante Lucas. Además ya llamé a la directora y le dije que faltarias hoy, así que da media vuelta y ven.
— ¿y qué le dijiste?
— que tenías a tú hermano hospitalizado y debías ir a cuidar de él.

Aparté el móvil de mi oreja, pasé la mano por mi rostro y luego por mi cuello, un tanto molesto por todas las mentiras que se seguían acumulando a mi alrededor. Era prácticamente como si de una verdad que dijera diez mentiras le acompañaran. Y verdaderamente mi cabeza comenzaba a colapsar por tanta información que debía retener. Pero a pesar de todo eso aún esperaba el momento en que todas esas mentiras de una vez por todas desaparecieran.