capítulo 25

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LUCAS.

Llegué junto a Ricky a ese club del que me estuvo hablando. Durante todo el día me había jodido tanto que acepté salir con el. Además necesitaba despejar mi mente de todo. Me sentía pésimo. En estos momentos sentía que todo intento que hacia para poder recomponer las cosas con antonella valían mierda.

Entramos al club. La música nos envolvió de inmediato.
Pase junto a Ricky por entre la gente. Las chicas que se encontraban ahí bailando me tomaban del brazo, o de la ropa para que bailará con ellas. Me fastidiaba  eso. Ya la había cagado  una vez, no lo repetiría de nuevo.

Llegamos a la barra, y pedimos unos tragos.
-¡esto está prendido ¿eh?!- grito Ricky en mi oído.
-como el infierno- le respondí.
Nos quedamos sentados en la barra. Yo estaba a punto de darle un sorbo a mi trago cuando los gritos de una chica hacia el barman me hicieron apartar el vaso de mi boca y mirar a la provocadora de semejante escándalo.

-¡te digo pedazo de mierda que la chica andaba vestida de negro! ¡imbécil! ¿como no te vas a acordar de ella?- daniela estaba roja de la rabia. Tenía al barman sujeto del cuello.
-¡te repito que no recuerdo a esa chica!
-¡te pidió un maldito vaso de whisky, venía vestida con un top y una falda negra, no era muy alta, de piel trigueña, cabello largo, Castaño con algunas ondas,  y de unos putos ojos negros! - esa descripción me hizo tensar el cuerpo. Se refería a antonella. Como si fuese una máquina, una señal de alerta se ensendio en mi. Me pare del taburete y fui hasta Daniela, la tome del brazo, apartandola del barman.
-¡sueltame hijo de perra!- gruño. Se giró para darme un golpe; pero yo fui más rápido, la tome de los hombros e hice que me mirara.

-¿dónde esta antonella?- le pregunté rápidamente. Daniela me miro con los ojos abiertos de par en par. Al parecer mi presencia la sorprendió.
-¿qué hace aquí?- tartamudeo.
- eso no importa, dime ¿dónde esta antonella?- aún la tenía sujeta de los hombros. No la soltaria hasta que me diera una respuesta. Ricky confundido con semejante escena llegó a mi lado.
- viejo ¿qué pasa?- me tocó el hombro. No me inmute, ni aparte la vista de Daniela, esta miro a Ricky.
-¡vamos, mirame!- le ordene- ¿dónde mierda esta antonella?- la alarma que se había ensendido en mi cabeza sonaba cada vez más fuerte. Daniela me miro, y de inmediato comenzó a llorar.
- no lo se- soyoso- quedó aquí cuando yo fui a bailar, y ahora no está por ninguna parte.
Eso terminó por alterarme los nervios.
-mierda ¿ya la buscaste en los baños?
-si, ¡y no está!- se llevo las manos al rostro. La solté frustrado. Debía encontrar a antonella. Algo dentro de mi me decía que estaba en peligro, que algo le podía pasar.
-Lucas, viejo- Ricky me miro desconcertado.
- llevatela- le ordene.
-¿qué?
-¡que te lleves a daniela!- le grite. Ya estaba como loco. Ricky asustado asintió con la cabeza, tomó por los hombros a daniela.
-¿estarás bien?
-si, vete.

Ricky y Daniela desaparecieron entre la gente; mientras que yo me dispuse a buscar a antonella. Recorrí de arriba a abajo ese maldito club, empujando a la gente, maldiciendo, y golpeando si era necesario.
Volví al mismo lugar donde empecé.
-¡mierda!- camine frustrado. A mi derecha vi una puerta metálica que decía "salida de emergencia". Esa era mi última opción. Trague en seco, fui hasta la puerta y salí.

ANTO.

No podía moverme, el asqueroso hombre me tenía pegada a la pared. Su boca recorría mi cuello, y a ratos intentaba besarme.
Ya no podía seguir gritando, mi garganta dolía y ardía. Mis ojos estaban inchados y cansados de tanto llorar.
Sentí que nada me libraria de eso. Sabía que no sería la primera vez, pero Dios, repetir la misma historia y con un completo desconocido hacia que se me desgarraran las entrañas.
Me sentí perdida. Hundida, y consumida por la mierda. ¿por qué  todo debía pasarme a mi?. Si no hubiese salido con Daniela nada de esto hubiese pasado.
Tense todo el cuerpo al sentir la entrepierna de aquel hombre pegado a la mía.
-sueltame- le suplique.  No me escucho. Hizo caso omiso a mi petición.
Siguió besando mi cuello, mis brazos, y mi pecho. Lloré con más amargura que nunca, después de esto mis deseos de vivir desaparecerían.
Cerré los ojos esperando que todo fuera una pesadilla. Una muy mala pesadilla.
Cuando los abrí vi su figura, su cuerpo, su rostro. Miller me miraba espantado.

¿Qué Oculta Profesor Miller? (Borrador)  Where stories live. Discover now