¿Qué Oculta Profesor Miller? (Borrador)

capítulo 61.

ANTO.

Di un brinco al sentir como mi cabeza se inclinaba hacia a delante. Abrí los ojos con prisa y miré en todas direcciones. Ricky y Daniela aún dormían en sus asientos, y a mi lado Orlov ya no estaba.
Restregue mis ojos con mis manos y adapte mejor mi visión. La comisaría estaba en silencio absoluto. El cabo de turno dormía recostado en su silla tras el escritorio. La mayoría de las luces estaban apagadas, exceptuando una que otra ocasionando que el ambiente pareciese más temprano de lo que era.

Traté aprovecharme de la situación, y poniéndome de pie cuidadosamente fui hacia la parte tracera de la comisaría donde estaban las celdas.
Caminé sigilosamente tratando de no despertar a nadie. Recorrí los pasillos hasta que finalmente llegué a la puerta que daba a las celdas. Respire profundo tratando mantener la calma, puse mi mano sobre la madera corrediza y empuje la puerta. O al menos eso pretendí.
Orlov había aparecido repentinamente a mi lado, y casi en un susurro me habló haciendome dar un respingo del susto.

- no creo que sea buena idea que lo veas - susurró.
- lo sé, pero quería saber cómo seguía.
- está dormido. Entré hace unos minutos atrás aprovechando que todos dormían.
- ¿y cómo le vio?.
- su aspecto no es el más alentador. Ese tal Brandon le supo dar unas buenas patadas en el rostro.
- y todo por mi culpa...
- ya hablamos sobre eso. Nada se gana con culparse a sí mismo. Él es un adulto y sabe lo que hace y por qué lo hace.
- lo sé.
- venga, vamos a tomar algo caliente.- puso su mano en mi espalda y me guió hasta la salida de la comisaría.
- no creo que a esta hora haya algo abierto.
- no se crea señorita - sonrió el hombre - hay un pequeño puesto a un par de cuadras de aquí. Abren super temprano para atender a los trabajadores que madrugan.
- ¿sabe qué quiero hacer primero?.
- ¿qué?.
- ir a mi casa, por ropa y para asearme.
- vayamos entonces.
- bien.
Me devolví a los asientos para hablarle a Daniela. Remeci su cuerpo tratando de despertarla. Apartó la cabeza del pecho de Ricky y me miró.

- ¿qué ocurre nena? - restrego sus ojos con las manos.
- voy a ir a mi casa.
- ¿irás al colegio?
- no, pero iré a buscar ropa para cambiarme.
- ¿me prestas algo?. Si voy a mi casa mi padre me destrozara por haber salido tan tarde y no haber llegado.
- vamos a mi casa, te aseas y volvemos.
- bien.- Daniela apartó los brazos de Ricky, la chaqueta de éste y se puso de pie. Como era de esperarse, con el movimiento despertó.
- ¿qué ocurre?.
- iremos a casa de Anto.
- ¿no tendrás problemas por ir a esta hora?- me preguntó poniéndose de pie, tomó su chaqueta y la puso sobre los hombros de Daniela. Observé en silencio el gesto, y la sonrisa que surco los labios de ella.
- tienes razón, se supone que estamos en tu casa, dani - le recordé a mi amiga haciendo como si no presté atención a lo anterior.
- ¡verdad! ¡mierda, Anto, estamos jodidas entonces!.
- tranquilas, vamos a mi casa. Allá podrán darse una ducha, no tengo ropa de chica, pero supongo que la mía les servirá. - comentó Ricky. Dani y yo asentimos con la cabeza.

- ¿las llevarás tú? - preguntó Orlov una vez que salimos de la comisaría. Él esperaba afuera, de pie junto a su camioneta.
- de echo mi auto quedó en el club así que...
- Llévate la camioneta, llamaré a alguien para que venga por mi y cuando vuelva traigo tu vehículo.
- de acuerdo. - Ricky tomó las llaves que Orlov le estaba tendiendo. Nos hizo un gesto con la cabeza indicándonos subir a la camioneta.
Me monté en los asientos traseros dejando que Daniela se fuese adelante con Ricky. Una vez que estuvieron listos arrancó el vehículo.

No me di cuenta del momento en que me quedé dormida, simplemente me dejé sumergir por el cansancio y la fatiga que apesadumbraba mi cuerpo.

》》》》

El vehiculo aparcó fuera de la mansión, seguido por dos más que venían de escoltas.
Los hombres bajaron a prisa. Todos enfundados en elegantes trajes color negro diseñados con nanotubos de carbono. Se acercaron al primer vehículo y allí aguardaron las nuevas indicaciones.