LUCAS.
Eran pasada las cuatro de la tarde, y yo no podía despegar la vista de la puerta. De seguro antonella no tardaba en llegar. Estaba nervioso, y realmente asustado imaginando lo que ella pudiese pensar al verme.
-viejo calmate- Ricky me repetía una y otra vez.
-¿sabes siquiera como es antonella?-lo mire con los ojos abiertos como plato- me rompera las demás costillas si no le digo que fue lo que realmente paso.
-ya, pero vamos, no puede ser tan terrible-rodó los ojos.
-¿el qué? ¿el que ella me rompa las costillas, o el decirle la verdad?.
-ambas.
-estoy perdido-dije derrotado.El móvil de Ricky comenzó a sonar. Éste de inmediato se puso de pie y contestó.
-¿Aló?. Si, sigan derecho. Si, es la última habitación. Ok. Saldré a buscarlas- colgó, me miro por un momento, y luego sin más salió de la habitación. Sentí que moriría de los nervios. Estaba en medio de un ataque de pánico.-¿él está bien?- mire hacia la puerta y contuve el aire al escuchar su voz.
-si, si quieres puedes pasar a verlo.
-si, gracias- la puerta se abrió lentamente, dejando a la vista a una hermosa chica de cabello enmarañado. La cual me escudriñaba con esos ojos negros cargados de preocupación.
-hola- logre decir.
-estaba muy preocupada...- antonella se debatía en sí entraba a la habitación o se mantenía distante, refugiada en la puerta.
-no tenías por qué preocuparte. Está todo bien.
-¿qué dice?-fruncio el ceño- claro que no esta todo bien. Miller está en el hospital.
-si, pero, digo...que no pasó nada grave.
-¿ah, no?- antonella se acercó lentamente a mi. Mirándome de forma despectiva.-¿y el que se haya roto dos costillas no es nada grave?.
-de echo, no.
-Dios mio, Miller...-al ver su ceño fruncido creí que ese sería el momento en el que comenzaría el interrogatorio, o en el que las palabrotas comenzarían a salir disparadas de su boca y se estrellarian en mi quijada abofeteandome sin piedad. Pero no fue así. Antonella no dijo nada más. En silencio se sentó a mi lado y me observó. Lenta y cuidadosamente. Sus ojos recorrían mi rostro de arriba a abajo.
Así pasamos un buen rato. Sin decir nada y sólo contemplandonos.
-temí por usted- susurro rompiendo el silencio. Me sorprendieron sus palabras.
-no tenías que hacerlo.
-no me diga eso...
-antonella, no me pasó nada. Ya vez. Estoy de maravilla- le sonrei ampliamente, para ver si así me creía.
-Miller, te golpearia tan fuerte por mentir así.-no pude evitar soltar una carcajada. La cual fue como una maldita apuñalada.
-¡no se ría!-me regaño.Pasamos todo lo que restaba de tarde juntos. Hablando y de más.
Cuando quizo saber cómo fue que me accidente no supe que decirle. Por suerte una enfermera entró en la habitación para darme las pastillas. Luego de eso se retiró, y cinco minutos más tarde entro el doctor, seguido por Ricky, Daniela, y Paúl.
Toda privacidad con antonella quedó absolutamente interrumpida, cosa que para ser sincero me alivio. No quería decir algo que despues no sería corroborado por mis colegas.-bien señor Miller. Todo está marchando a la perfección, así que no habrá problema en darle de alta mañana.
-¿lo dice en serio doctor?
-si. Podrá seguir con la recuperación en la comodidad de su hogar. Claro, sin mencionar que su familia deberá estar al cien por ciento pendiente de usted.
-ya veo...- sin darme cuenta eso me dolió un poco. Yo no tenía familia que cuidase de mi.
-no se preocupe doctor, que allí estaremos-le dijo Ricky mientras me guiñaba el ojo. Le sonrei en respuesta.
-perfecto. Entonces los dejó.
- hasta luego doctor, y muchas gracias.
-nos vemos por la mañana. Y recuerden que las visitas se terminan a las seis.-el doctor Román salió de la habitación cerrando la puerta tras de el.-¡pero que buena noticia!- dijo Ricky muy animado.
-lo es.Los chicos pasaron el rato hablando de como lo harían para cuidarme. Claro está que les dije que no era necesario que fuesen todo el tiempo a cuidar de mi, que yo podía hacerlo sólo. Todos me pusieron mala cara y me ordenaron guardar silencio.
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¿Qué Oculta Profesor Miller? (Borrador)
RomanceHay cosas de las que no podemos escapar por más que lo intentemos. Cicatrices abiertas que ni el tiempo logran cerrar del todo.Personas que te atormenta hasta el punto en que se vuelven fantasmas, invadiendo tus sueños, tus recuerdos y mente. sen...