capítulo 50.

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ANTO.

Una semana ya había transcurrido desde mi primera y última  sesión con el psicólogo. Luego de que éste me realizara un par de preguntas con respecto a mi situación interna, determinó casi de inmediato que lo que yo realmente necesitaba era un psicoterapeuta. Es decir, pasé de estar media trastocada a estar trastocada total.
El mismo día en que me atendió y dijo que debía ver a un psicoterapeuta, me envió con él. Mi madre, quien me había acompañado no se negó a lo que el psicólogo le había dicho. De todas formas ella quería verme bien y no le importaba si salía más dinero del presupuestado.

Esa misma tarde fuimos a la consulta del señor Orlov.
Un hombre que, en lo personal y a simple vista, no daba con las descripciones que el psicólogo García  nos había dado.
Según él, Orlov era un hombre que desde el segundo uno daba ese aire de profesionalidad, cosa que, a mi no me pareció. De hecho me atrevería a decir que me produjo una especie de rechazo. Claro que, a él eso le debía resultar más común de lo que uno creería.
Orlov era un hombre que, en el instante en que dejabas caer un pie dentro de su consulta, se notaba su presencia. Y cómo no hacerlo. Un sujeto imponente, que de seguro media más de un metro noventa, corpulento, y de una mirada tan profunda que le sentías fisgonear dentro de tu cabeza.
No me sentí cómoda con él. Era muy intimidante. Pero mamá no dejó que nos marcharamos.  Orlov tenía muy buenas referencias, casi celestiales diría yo. Y pues, había sido muy bien recomendado por el psicólogo cosa que le ayudaba a sumar puntos.

Tanto él como mi madre determinaron que iría a sus sesiones dos veces por semana, claro, después de clases.
Orlov no estaba interesado en hacer que mis últimos meses en el colegio terminaran mal por causa del descuido o atraso en las materias.

Luego de finalizada la consulta nos fuimos a casa. En el camino mamá me insistía en que debía abrirme con el psicoterapeuta. Que él podría ayudarme con el tema de mis crisis y todo ese embrollo.
Si la cuestión fuese simplemente hablar, ya lo habría hecho. Pero no era tan fácil.
No resulta tan sencillo sentarte en una silla o sofá y decirle a una persona: eh, me han violado. Si las cosas fuesen así de fáciles mis padres hubiesen sido los primeros en enterarse de lo que el asqueroso de Brandon me había hecho.
De vez en cuando me baja la necesidad de decirlo. De contarle a mis padres. Pero siempre termino callando. Pienso en todo lo que eso ocasionaria. Todos los problemas que se les vendrían encima. Mi padre seguramente renunciaría a su trabajo y mandaría a la mierda a la familia Zárate. Claro, no sin antes partirle la cara a Brandon. Sería un completo caos. Y no podia permitir eso.
No soy tan egoísta como para lastimar de esa forma a mi familia y ocasionarles una mala vida a mis hermanos pequeños. Ellos no tienen la culpa de que yo haya sido una estúpida y una descuidada. Quiera reconocerlo o no, lo que Brandon me hizo fue en parte, un descuido mío. Pero, ¿cómo desconfiar de quien se suponía era tu novio y te amaba?. El ser muy confiada con las personas es la forma más fácil de perecer. Jamás creí que él pudiera hacerme algo como eso. ¿Qué ser enfermo abusa de su novia?. Pero supongo, debí imaginarlo. Todo el tiempo me pedía la "pruebita de amor", y como yo jamás se la di, pues, me violó. Y como si eso no le bastara, sin yo saberlo y queriendo hacer algo por amor, pretendi entregarmele, cosa que era estúpido. Pero él ¿qué hizo?, se encamó con otra.
Mal nacido.

- Antonella ya llegamos - mamá me dio pequeños golpecitos en el brazo.

Me bajé del auto después de que ella entrara a la casa. Necesitaba respirar un poco de aire.
La tarde estaba perfecta y no tenía deseos de encerrarme.
Me quedé con la espalda apoyada en la puerta del auto. Crucé los brazos por sobre mi pecho y cerré los ojos.
No sacaba nada con pensar demasiado en el tema de Brandon. Sabía, y mi mente me lo gritaba, que tarde o temprano todo eso saldría a la luz. Además, yo no podía dejar que él quedara impune. De una u otra forma debía pagar por lo que me había hecho. También sabía que no iría a la cárcel. Uno porque sus padres no lo permitirían, y dos por el simple hecho de que ya habían pasado demasiados meses desde que eso había ocurrido, y claro estaba que las autoridades no tomarían en cuenta la denuncia de una joven que fue abusada por su propio novio.
Hoy en día muchas somos temas de burla.
Me repugna ver lo que es la sociedad. Me causa asco la forma en la que piensan muchas personas.
No creo en lo absoluto que una mujer desee ser abusada. Que desee salir de su casa y ser el centro de atención de tantos hombres asquerosos y pervertidos que, sin una pisca de escrúpulos miran tus pechos o trasero, llegando incluso al punto de tocarte.
Pero la gente piensa distinto. Muchas personas creen a ojos cerrados que todo lo que le puede ocurrir a una mujer se lo busca ella misma. Tanto hombres como mujeres piensan de esa forma tan estúpida y retrógrada. Que si un hombre nos mira mucho por la calle es únicamente porque nosotras así lo queremos. Que si eres acosada verbalmente es porque tú así lo quisiste, que tú te lo buscaste por andar vestida como se te place. Por maquillarte  como deseas, y por caminar de la forma en que lo haces.
Y más aún. Si una joven es abusada luego de salir del colegio o del trabajo muchos dicen que fue ella misma quien se lo buscó, por provocativa, por usar la falda muy corta, o por cualquier mierda que la sociedad machista se planta en la cabeza.
Existen tantas mentes repulsivas rondando el mundo que creen que una mujer hace todo lo que hace únicamente para provocar y sacar el lado malo de los hombres. Y eso, a mi, me parece mierda. No es culpa de una mujer que un desgraciado se pase de listo en el metro y se crea con el derecho de tocarle un pecho o el trasero. No es culpa de la mujer el salir del colegio o trabajo y ser interceptada por unos infelices para luego terminar siendo abusada y muchas veces asesinada. ¿Qué mujer en el mundo desea algo así?.
Y por último. Si eres abusada por tu novio. No te toman en cuenta, porque te dicen, eres la novia, es algo normal, debes cumplir con lo que él necesita, tienes que complacerlo, etc. Pero claro, si no se lo das o lo toma a la fuerza o simplemente se busca a otra.
Por razones como esas muchas mujeres se quedan calladas, o simplemente son arrastradas por la desesperación llegando al punto de suicidarse.
¿Qué gracia tiene el darte cuenta que no eres lo suficientemente valiosa como para hacerte justicia?. Vale mucho más la "honra" del hombre que el bienestar mental y físico de una mujer abusada.

¿Qué Oculta Profesor Miller? (Borrador)  Where stories live. Discover now