capítulo 46.

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ANTO.

El sonido de puertas abriendo y cerrándose me terminaron por despertar. Abrí los ojos con lentitud, y me senté en la cama con pereza mirando a mi mamá moverse de un lado para otro, metiendo ropa en distintos cajones.

- mamá - le hablé - no es por ser irrespetuosa pero ¿no podías hacer eso más tarde?.
- lo siento hija. Pero no. Ya luego no tendré tiempo.
- ¿y eso?.
- hoy es el aniversario del colegio de tus hermanos.
- ¿y?.
- soy una de las apoderadas asignadas para ayudar en lo que es la convivencia y las actividades.
- o sea, te jodieron.
- algo así.
- ¿estaré sola todo el día?.
- como si no te diera gusto.- me dio un vistazo burlón y salió del cuarto. Solté un suspiro y me volví a recostar.

Estaba plácidamente durmiendo cuanto mi móvil sonó. Di un brinco del susto, alargue la mano hacia la mesita de noche y lo tomé.

- ¿Aló? - dije soltando un bostezo.
- ¿antonella?.
- ¿si?.
- soy yo, Lucas. - al escuchar su nombre rápidamente me espabile.
- hola. - le saludé rápidamente.
- hola - pude notar por la forma en que habló, la sonrisa que se había formado en sus labios. - ¿cómo amaneciste hoy?.
- bien, gracias. ¿y tú? ¿cómo te ha ido en el colegio?. - Miller no respondió - ¿Aló?.
- ¿estás sola? - preguntó de repente. Miré el celular con el ceño fruncido. No entendía a que iba esa pregunta.
- ¿por qué?.
- pregunto...- volví a mirar el celular, bufando salí de la cama y me acerqué a la puerta.
- ¿mamá? - llamé - ¿Rebeca? - nada, ni un sólo murmullo se escucho venir de la planta baja.
- ¿y? - Miller habló a través de la línea. Caminé de vuelta a la cama y me acosté de vientre mirando hacia la pared.
- estoy sola.
- bien.
- ¿por qué lo preguntas? - no respondió - ey, Lucas, ¿sigues ahí? - aparté el móvil de mi oreja para ver si la llamada se había cortado. Y no, aún seguían corriendo los segundos. - ¿Aló?.
- no se cómo logras cruzar con tanta facilidad - habló él, pero no a través de la línea. Volteé de golpe hacia la ventana. Miller venía entrando con cierta dificultad.
- ¿qué demonios? - salí rápidamente de la cama y fui a ayudarlo. Una vez que sus pies tocaron el piso de mi dormitorio me miró, sonriendo abiertamente, dejándome ver esos oyuelos.
- hola - dijo aún sonriendo. Lo escudriñe unos segundos antes de responder.
- hola - me acerqué y bese su mejilla. - ¿qué haces aquí?.
- vine a verte.
- ¿no se supone que deberías estar en el colegio? - le pregunté mientras volvía a meterme en la cama. Miller caminó atrás de mi y se sentó a mi lado.
- si, pero pedí el día. - dijo éste encogiendose de hombros.
- ¿y eso?.
- no me sentía muy bien.
- ¿te pasó algo? - pregunté rápidamente.
- algo así.
- ¿cómo?.- frunci el entrecejo.
- ayer por la noche, mi chica se sintió mal, y pues yo no podía ir a trabajar así como si nada.- se rasco el cuello.
- Dios mío ¡me asustaste! - le golpeé el brazo. Miller soltó una carcajada y tomó mi mano. Vi como se unían en un agarre, y luego pose mi vista en él, sonriendo de forma pícara - así que... ¿tu chica eh?.
- exacto - formó una sonrisa.
- ¿y tú? ¿eres mi chico?.
- o chica. Como quieras está bien - soltó de repente. Lo miré sorprendida. Una vez que él se percató de lo que había dicho me miró abriendo la boca y los ojos exageradamente. Rompí en carcajadas. Miller en cambio se sonrojo de una forma que jamás había visto, provocando incluso, que sus orejas se pusieran coloradas.
- ¡Jesucristo! - balbuce sin poder parar de reír.
- eso sonó raro - rió avergonzado.
- tranquilo - dije conteniendome - aún así eres mi chica - volví a carcajear.
- hablé sin pensar - masajeo su cuello. Su rostro había cambiado sutilmente, lo pude notar en sus ojos. Soltó un suspiro y miró hacia otro lado.
- ¿ocurre algo? - tomé la mano que tenía sobre su cuello. Miller titubeo unos segundos en sí mirarme o no. Luego formando una sonrisa posó sus ojos sobre mi.
- ¿por qué lo preguntas?.
- cambiaste tan drásticamente de expresión que...
- estoy bien, no te preocupes.
- tiemblas - advertí sujetando sus manos. - ¿qué te ocurre?.
- no quiero molestarte con mis cosas.
- Lucas, por Dios. Tú no me molestas. Dime, ¿qué te ocurre?.
- no tuve una buena noche - sonrió fugasmente.
- ¿por qué? ¿es acaso por lo que hablamos?.
- en parte. - miré sus ojos con angustia. Ya no queria que él se siguiese preocupando por mi. Yo ya sabía de sobra que Lucas tenía cosas por las que estar verdaderamente preocupado. Eso lo habia deducido hace ya bastante tiempo.
- ¿y por el otro lado? - pregunté con cautela.
- no quiero hablar de eso. Es algo que...- trago saliva y remojo sus labios - no lo entenderias.
- si me explicas...
- ¿no te a pasado que de vez en cuando sientes que tu vida no te pertenece? ¿qué lo que eres es una mentira?.
- ¿tú te sientes así?.
- hoy, si.
- ¿por qué?.
- no quiero hablar de eso ahora.- note cierta angustia en sus ojos, y en el tono en que salieron sus palabras.
- está bien. No preguntaré más entonces. - dije con suavidad. Lucas asintió con la cabeza y formó una sonrisa en señal de agradecimiento.

¿Qué Oculta Profesor Miller? (Borrador)  Where stories live. Discover now