capítulo 29.

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ANTO.

Luego de salir del baño de profesores no volví a ver a Miller, y pues se suponía que por la tarde nuevamente teníamos clase con el.
Me preocupo un poco la idea de que le pudo haber pasado algo. Estaba realmente alterado. Jamás lo había visto de esa forma, me asustó.
Extrañamente no estaba enojada con el. Pude entender que algo le fastidiaba y dolía mucho. Yo suelo comoportarme de la misma manera. Es sólo cuestión de recordar cuando Brandon me envió ese mensaje.¡ Jesús santo!. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al pensar en la posibilidad de que Miller cometiera una locura como esa.

No preste atención a la clase de física. Y luego, por la ausencia de Miller, nos dejaron ir temprano.
Salí de una carrera del colegio. Daniela y Sebastián tuvieron que correr para alcanzarme.

-vas como alma que lleva el diablo- dijo Daniela una vez que llegó a mi lado.
-¿ocurre algo?- seba cruzó su brazo por sobre mis hombros.
-nada.
-antonella- me regaño dani.
-ok, estoy preocupada por Miller- los mire a ambos.
-¿por qué?- pregunto Sebastián.
-cuando dije que iba a ir al baño, y salí del gimnasio, me di cuenta de que no tenía papel higiénico, así que fui hasta nuestro salón de clases. Cuando iba en las escaleras me topé con Miller. Iba bajando como alma que lleva el diablo. Le hable y no me tomo en cuenta. Eso me extrañó, así que lo seguí. Fue hasta el baño de profesores. Entre junto a él. Fue ahí donde me di cuenta lo mal que estaba. Se comportó de forma muy extraña y un tanto prepotente. A toda costa quería que me marchara. En un principio no entendí su comportamiento. Pero luego de mirar sus ojos entendí que tan grave era todo aquello. Salí del baño de profesores y volví al gimnasio. Y pues, ustedes ya saben el resto. Luego de eso no apareció más.
Chicos, estoy muy preocupada por el.
-¿crees que haya sido capas de cometer una locura?- pregunto lentamente Daniela.
-eso es lo que temo.
-mierda- gruño Sebastián- ¿de verdad crees que pueda ser tan pendejo?
-no digas eso- lo regañe- ni tu, ni yo, sabemos por lo que el a pasado. Sebastián, he sido vecina de el por más de medio año. Todo este tiempo he podido deducir que hay algo en su vida que lo atormenta. El quizá no lo demuestre en el colegio, pero en su casa, y en la forma que se comporta al estar ahí sólo, da a entender lo jodido que está.
-bueno, yo no sabía eso- se excusó.
-tranquilo.
-¿qué piensas hacer?- pregunto dani.
-lo primero será ir a mi casa, y ver si esta ahí. Y pues si no, ya veré lo que hago.
-te acompaño.
-dani, no es necesario.
-no importa. Te acompañare igual.

Llegamos a mi casa, nos despedimos de Sebastián, le pagamos al chófer, y nos bajamos del taxi.
Entramos a la casa, y verificamos si mis padres estaban ahi.
No los encontré. Fui hasta la cocina. En la nevera había una nota pegada. La saque y leí.

"Hija, tuvimos que salir.
Tu padre tenía un retiro del trabajo, y hasta ahora nos avisó. Sólo es hasta mañana.
Por favor cuidate mucho. Y antonella, mucho cuidado con salir en la noche.

Te amamos".

-¿todo bien?- dani entró en la cocina. La mire, aún tenía la nota en la mano.
-excelente.

Fuimos hasta la casa de Miller. Recorrimos toda  por fuera, buscando una ventana abierta.
Toque el timbre. Nadie salió. Decidí hacer algo más efectivo.
Subí junto a Daniela hasta mi cuarto. Me colé por la ventana, y cruce a través del árbol.
-ten mucho cuidado,  Por favor- me pidió dani.
-tranquila, no es primera vez que hago esto.
-tu y yo...
-hablaremos luego- la interrumpi. Llegué hasta la ventana de Miller. Estaba malditamente cerrada.
Rápidamente volví hasta mi habitación y entre.
-con un demonio- pase las manos por mi cabello. Ya no sabía que más podía hacer. Era obvio que Miller no estaba ni cerca en su casa.
-antonella- mire a Daniela. Estaba jugueteando con sus dedos y me miraba con nerviosismo.
-¿qué?
-tengo una idea.
-¿cuál?- dudo un poco en responder.
-y si llamamos a Ricky.
-Daniela- solté un suspiro- tu sabes que te quiero, y por eso debo decírtelo. Eres tan bruta. ¿cómo pretendes llamar a Ricky? O sea ni siquiera tengo el número de Miller, y voy a tener el de su amigo.
-pero yo si lo tengo- murmuró.
-¿por qué tienes el número de Ricky?- la mire con los ojos entrecerrados.
-¿eso importa ahora?
-no.
-bien ¿lo llamó o no?
-esta bien, llámalo.

¿Qué Oculta Profesor Miller? (Borrador)  Where stories live. Discover now