La auténtica belleza que descubrimos cuando nos permitimos sentir. Es el verdadero alimento del alma, el que se nutre de una mirada o del fulgor de una estrella clavada en el firmamento.
Dedicado a todos los que me animaron a escribir.
Si pienso que me piensas, cuando me hayas olvidado, será pensamiento inútil, una ilusión de estar a tu lado. Si me piensas en secreto en el momento menos esperado, no dudes que del olvido un corazón habrás rescatado. Esculpe en el silencio mi nombre en aire labrado, tendrás como respuesta el beso que el viento te ha dado. Contempla las estrellas, brillo de enamorados, las mismas que miran otros ojos al otro lado. Cada noche el jazmín impregna de un aire perfumado, un banco solitario de besos anclados. Y aún a ratos pensamos que nos ha pasado, porque a una sombra estamos abrazados. Qué se queda siempre un instante inacabado, la huella indedemne, cuando de verdad se ha amado. Aún a ratos vivo en ti. Y si me piensas, me habrás resucitado, pues rescatas el amor ya no esperado. Como un misterio no revelado un encuentro secreto muy bien guardado. Nuestras almas retornan en imposibles reencuentros aún no desvelados.
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