La auténtica belleza que descubrimos cuando nos permitimos sentir. Es el verdadero alimento del alma, el que se nutre de una mirada o del fulgor de una estrella clavada en el firmamento.
Dedicado a todos los que me animaron a escribir.
Ella marchó sin volver la vista atrás. Cogió un camino hacia ninguna parte, sin ningún rumbo concreto que no fuera el de la libertad. Siguiendo las pautas que indica la brújula de la determinación para encontrar sus propios designios.. Se fue lejos de un ayer empañado de malos recuerdos. Con paso firme al caminar, la esperanza le hizo olvidar. Sin detenerse un momento, sin titubeos, sin miedo, su vida quería cambiar si se oteaba horizonte de paz. Para que andar siempre al borde de los precipicios, para que caminar detrás de una sombra. Qué sentido puede tener el dolor de la incomprensión y mantenerse a duras penas con un corazón malherido lleno de golpes de inesperado destino. Cogió la puerta y la abrió para que se pudieran abrir otras puertas. Otros sueños por cumplirse se hicieran realidad. Se marchó sin dar una segunda oportunidad sin detenerse en las encrucijadas. Lejos de las cadenas de las bofetadas y los insultos con los que una violencia despreciable genera la prepotencia que roba la dignidad. Lejos de la prisión de las carencias de sentimientos. Se fue con sonrisa ancha, con lagrimas en la cara y el pelo suelto al viento. Para poder reflejarse en el espejo dónde se reflejan las almas libres. Libres de la esclavitud de la dependencia y el sufrimiento. Muy lejos, muy lejos del miedo.
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