Dos universos unidos en el mismo punto

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No digas nada,
tan solo ven,
tan solo mírame,
que mas allá
de mis ojos
mora el alma
en silencio.
Deja que
me sumerja
en tu viva
presencia,
en el pozo
profundo
de tu mirada,
bailemos
en el centro
del universo.
¿Escuchás
esa melodía
en el corazón?
no digas nada,
tan solo,
saborea
la eternidad
de este instante.
Conversemos
silenciosamente
en un lenguaje
que solo
escuchen
las estrellas.
Contémonos
aquello
que no
se puede
contar.
Toma
mi mano
dejémonos
llevar
quién
sabe donde,
en ese escondite
dónde
siempre
nos encontramos.
Perdidos
muy lejos
del ruido
del mundo,
atravesemos
un puente
hacia el infinito.
Vibremos
como una sola
cuerda
en la misma nota.
Hermoso
encuentro
de sinfonías,
fundidos
en la dulce
melodía callada.
música
en el firmamento
de tus ojos,
en la ternura
cómplice
de nuestras
miradas.
Es el misterio
insondable
del pozo
de tus ojos,
profundos
como
tú alma
diáfana.
Qué bebo
el agua salada
de cada lágrima
que derramas,
sacian mi sed,
cuando puedo
leer en ellas
un poema
de ternura
infinita,
escrito
en tu cara.
Qué no se
quien soy
cuando
tú eres yo,
cuando
yo soy tú.
Si nos
confundimos
como
dos gotas
de agua
del mismo
océano,
para diluirnos
en el todo
para ser
la misma cosa,
el mismo Ser.
Cuando
se entrelazan
las manos ,
siendo
una extensión
de si mismo.
Un púzzles
de dos piezas
que encajan
revelando
secretos
inconfesables.
Como dos ríos
que se funden
camino hacia
un mar sereno.
Dos caminos
que se unen
para llegar
a un mismo
destino.
¡Qué ya no
se quién soy!
una singularidad
en cualquier
punto
de un círculo
¡Qué ya no
quién eres!
sino
dos universos
contenidos
en un mismo
punto.
Sin más barrera
que una puerta
abierta para
un siempre
ahora.
Sin más
obstáculo
que un mismo
horizonte
en un beso.
¿Qué no se que
me ha pasado?
Qué a un amor
a fuego lento
me encuentro
soldado.

Alberto Real Borrueco

Tiempo de PoesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora