La auténtica belleza que descubrimos cuando nos permitimos sentir. Es el verdadero alimento del alma, el que se nutre de una mirada o del fulgor de una estrella clavada en el firmamento.
Dedicado a todos los que me animaron a escribir.
No espera nada a cambio; dar es su forma de recibir. No te juzga por como eres. acepta tus defectos, porque le parecen maravillosos. No espera a que aciertes; sabe de los errores que cometes y no te reprende. Se alegra de tu éxito, te acompaña en la desgracia, comparte la risa contigo; porque sabe lo que te hace sonreír. Se entrega cuando lo necesitas, no hay que esperar a llamarlo cuando estás mal. Te tiene presente aunque no parezca, sus lágrimas son un testigos de tu dolor; cuando mira a tus ojos cansados, anima tu corazón, a la vez que se anima el suyo. No te quiere por lo tienes, sino por todo lo que eres. Si desaparece por mucho tiempo, el reencuentro puede ser sagrado; todo cobra sentido ante su presencia, aunque en silencio permanezca. Camina cerca de tus pasos, porque orgulloso comparte sus huellas contigo. Siempre deja un recuerdo, una señal inequívoca de felicidad. Bromea contigo y te invita a reírte de ti mismo. Sabe escuchar cuando no sabes que decir. Respeta tus opiniones y es maestro en perdones. Hagas lo que hagas, no te traicionará por nadie. Tener un verdadero amigo es poseer un tesoro. El descubrimiento de un amor sin normas, ni condiciones. Nada como desnudar el alma sin miedo, ni pudor, no existe la vergüenza cuando somos transparentes; cuando la melodía del corazón la escucha un amigo.
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