La auténtica belleza que descubrimos cuando nos permitimos sentir. Es el verdadero alimento del alma, el que se nutre de una mirada o del fulgor de una estrella clavada en el firmamento.
Dedicado a todos los que me animaron a escribir.
¡Te imploro luna blanca! Bendíceme en esta noche clara, muéstrame el lado oculto que no desvelas; detrás de tu luminosa cara.
¡Oh luna de plata brillante! hermosa perla blanca, dime los misterios que guardas cuando duermen los hombres que en silencio callan.
¿No será que la misma oscuridad te tiene miedo?, vela que disipas el abismo, como una lámpara en el techo del cielo; esplendorosa y fascinante, dejame aunque fuera por solo un día ser tu amante.
Blanca luna que enamoras, que enciendes románticas miradas, desde que partistes de la tierra, para elevarte al cielo.
Que te declaro mi amor imposible; toma un sorbo de esta copa de vino como ofrenda y embriagate conmigo.
Y solo por esta noche, baja lentamente despacio, envuelvete conmigo, luna blanca, desciende hasta mi pecho como un pájaro a su nido.
Que tan sólo un deseo quiero que me sea concedido, muy calidamente quisiera en esta noche de insomnio si me vieras dormido; un abrazo de rayo de luna luminoso para soñar contigo.
¿Locuras de lunático? ¿Quimeras para el olvido? Dame luna blanca el beso que te pido.
Ella se marcho con el sol, sin tan siquiera darme cuenta, se fue para siempre, porque dice la loca: Qué un amanecer se le apareció Cupido.
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