La auténtica belleza que descubrimos cuando nos permitimos sentir. Es el verdadero alimento del alma, el que se nutre de una mirada o del fulgor de una estrella clavada en el firmamento.
Dedicado a todos los que me animaron a escribir.
Volver a ser un niño otra vez, quizás sea un rasgo de madurez. Dejar atrás todo lo aprendido si con ello no nos cuestionamos de todo lo sabido. Soltar el lastre de absurdas creencias poner en duda la absoluta verdad de toda ciencia. Ser un pequeño otra vez, para sorprenderse de cómo nada un pez. Desprenderse de lo viejo caducadas recetas de la felicidad, me desnudo para mirarme al espejo. Qué no es que quiera retornar a la infancia sino restarle a todo demasiada importancia. Recuperar el niño que soy volver asombrarme de cada paso que doy. La inocencia le ha despertado dormía conmigo sin darme cuenta un niño a mi lado, silencio, sus ojos se han tornado vuelve a soñar, un niño dentro de mi. Qué dejo de creer en la magia de un cuento de amor de un libro inacabado. Y este cuento se ha terminado, Qué no lo sabía colorín, colorado tan sólo mi corazón lo había olvidado. Sólo si vuelvo al principio habré acabado, de rescatar a un niño de luz en mis brazos he recuperado. Y si llegara a ser un anciano mírame a los ojos con ternura, la juventud de un espíritu renovado aunque mi cuerpo este enfermo y cansado, en sólo un instante verás en ellos todo lo que he amado.
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