La auténtica belleza que descubrimos cuando nos permitimos sentir. Es el verdadero alimento del alma, el que se nutre de una mirada o del fulgor de una estrella clavada en el firmamento.
Dedicado a todos los que me animaron a escribir.
Avalancha de pateras acechando olas del mar que se tragan las vidas enteras de un sólo bocado. Insaciable el vientre del océano que se alimenta de la esperanza de los ahogados. Si huyen de un destino malvado el hambre y la guerra le pisan los pies a los que corren cansados. Nómadas en otro tiempo, las fronteras con grandes cercados ¿A dónde va ese niño con zapatitos colorados? Indiferencia de un mundo falseado, promesas incumplidas, miran todos hacia otro lado. ¿Por qué dejar a la deriva la suerte de los ahogados, si sólo sobrevivir es su único pecado? Si en sus países siguen bombardeando para que nuestros vehículos sigan andando ¿No es lícito por la libertad Seguir luchando? ¿Quién tiene la culpa? ¿Quiénes son los malos? Si nosotros tuviéramos necesidad no dudaríamos de pasar al otro lado. En que se ha convertido el mundo que todo esta separado, cuando otro corazón no dejamos que pueda estar a nuestro lado. Se abrieron las fauces de un mar enfadado la patera de un mafia la ha devorado flotan en el agua unos zapatitos colorados.
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