Tiempo de Poesía

Si amanece en tus ojos

Son tus ojos mujer,
Los que reflejan una amarga condena.
Impuesta por una soledad maldita.
Los mismos que esperan
Amaneceres claros
Y en cada mañana
Luminosas alboradas.
Son tus ojos
Dos vacíos huecos apagados,
Y tú cuerpo un esqueleto quieto
Paralizado por el miedo
Apunto de claudicar.
Es esa pena tan honda
Cuando todos se marchan,
Que te veo llorar desesperada
Cuando nadie te ve
En la habitación del abandono y la pena.
Es esa carga pesada
Que quisiera verla liviana
Con verte sonreír me bastara,
Si te asomas por mi ventana
La de mis pupilas.
¡Qué no son tus ojos negros
Oscuridad y lágrimas petrificadas!
Que son dos pozos profundos
Donde sacio mi sed,
Si bebo del agua de tu mirada.
¡No quiero verte marchitarte!
Flor que nacistes en los infiernos,
La primavera quisiera darte
Y ser tu abrigo en invierno.
Hay tanto misterio en tu mirada,
Similar a un firmamento infinito,
Que es tu alma callada
Diáfana e insondable
Donde llevas tu nombre escrito,
Que todo el mundo no sabe leer.
¡Eres tan hermosa!
Y tan dulce tu inocencia,
¡Qué se de verdad!
Que como una roca
No faltaron en tu vida
Los días eterna paciencia.
Sólo quiero verte volar
El pasado por un precipicio
Volverte a verlo soltar,
Que quiero verte saltar
Hacia un vacío sin incertidumbres
Pleno de libertad.
¡Son tus ojos la vida!
Si los contemplo
Que otean las estrellas luminiscentes
Reflejan su brillo intensos
En los espejos de tus ojos.
Cierra los párpados mujer,
Te invade un Amor tan hermoso,
Que ya no volverás a padecer,
Se abre para ti
Un cielo glorioso.

Alberto Real Borrueco