Demasiados mitos

27 6 2
                                    

El caballo
supero
una depresión
de hombre.
El mirlo
se recuperó
de una fuerte
gastroenteritis
por fin.
El zorro
empezó
a oler
a rosas
así por
las buenas
un día.
Del cerdo
un buen día
no se aprovechó
nadie más.
A la rata
la indultaron
porque nunca
robo a nadie.
El gato
disfruto
de su
baño diario
y anuncio
al mundo
que solo
disponía
de una vida
para vivirla.
El pez recordó
con detalle
cada mar
que había surcado.
La serpiente
no era
tan astuta
como se pensaba
cuando
se mordió
así misma.
El perro
tuvo una infidelidad
con una hermosa
perrita.
La verdad
es que nunca
se divisó una loba
en una discoteca.
Tampoco nigún
buitre.
El pollo
solo acabo sudando
cuando entraba
cada vez
en la sauna.
Nunca se vio
un gallo en misa.
A la mosca solo
le tenían mosqueada
los insecticidas.
Cuando le dijeron
que la vida
era una mierda;
afirmo: afortunadamente.
La vaca nunca
entendió que estuviera
gorda si era
vegetariana.
La mosquita muerta
se espabilo
y dejaron
de criticarla
a la pobre.
El ornitorrinco
se cambio
de nombre
y se llamó
picopato.
Al camello
nunca le jorobo
que se rumoreaba
que vendiera
drogas ilegales.
El león
proclamó
la República.
El toro
no dejó
de ser
bravo,
más en
sus ojos
solo desprendía
ternura.
Y el delfín...
el delfín
fue el último
animal
de la creación.
Un mundo
al revés
sin tanto
mito.


Alberto Real Borrueco

Tiempo de PoesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora