Todos somos uno

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Mi patria
es el suelo
dónde piso.
Soy de donde me
lleven los pies.
Mi lugar es el
propio camino.
No soy de
ninguna parte,
porque convencido
de la utopía no
reconozco fronteras.
Pertenecemos
a la tierra
y ella nos pertenece.
Mi casa es
este hermoso
planeta azul.
Vivo en el universo.
Sólo estoy de paso.
Consciente de
esta realidad,
no atesoro tierras.
Me alimento del fruto
de mi trabajo.
Nada es mio.
Como efímero
es el vuelo
de una mariposa.
Así exprimo
cada instante
en un periplo
en constante cambio.
Dejé de ser oruga
para cumplir
mi sueño más
profundo.
Allí dónde
a mis hermanos
se les cierren las puertas,
abriré otras puertas
de la intolerancia.
No por nacer
de otra parte
se es menos persona.
El corazón que late
en el pecho es el mismo.
Mi color es el blanco
del alma que brilla.
No hay diferencia
en el lenguaje del amor.
Son aquellos
que más sufren
y viven en mundo
más imperfecto,
los que más necesitan
sanar sus heridas.
Quién mancha
la inocencia
con sangre no puede
estar en paz.
Cómo el vuelo
de una bandada
de pájaros en una fiesta
de acrobacias
en el cielo,
al unísono,
al mismo tiempo
sincronizados,
sueño con el despertar
de todos en Uno.

 Cómo el vuelo de una bandada de pájaros en una fiesta de acrobacias en el cielo, al unísono, al mismo tiempo sincronizados, sueño con el despertar de todos en Uno

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Alberto Real Borrueco

Tiempo de PoesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora