Como dos fantasmas invisibles

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Y estabas aquí,
y yo no estaba.
Surgía tu voz
de un silencio
y no escuchaba
tus palabras.
Me buscabas en
cada rincón
de la habitación.
Cómo en un laberinto
perdido sin saber
que estabas presente.
Que tampoco
te encontraba
entre los desaires
y las distancias.
Cómo dos
fantasmas invisibles
cruzándose
por el pasillo
de la rutina.
Sin dejar huellas
de cada momento,
por una casa
vacía de sentimientos.
Tiempo que pasa
tan deprisa
como lento.
Tan sólo
la ausencia
se adueñaba
de los vacíos
de soledad
acompañados
de presencias
calladas
y silenciosas
que gritan
por dentro
libertad.
¿Qué no se porqué?
Perdimos
el valor
de despertarnos
juntos
cada alborada
con la misma
esperanza.
La oportunidad
de un abrazo
que no llegaba,
Qué se borró
tu sonrisa
poco a poco
esperando nada
en la nada.
Y no me hallabas
en ninguna parte
por más que
me buscabas.
Sentía cerca
tu respiración
y me asfixiaba
aun con tu aliento.
Tu presencia de luz
en cada mirada
y mi oscuridad
en mis ojos huecos.
Tu estabas aquí amor...
¿Dime yo dónde estaba?

Alberto Real Borrueco

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