La auténtica belleza que descubrimos cuando nos permitimos sentir. Es el verdadero alimento del alma, el que se nutre de una mirada o del fulgor de una estrella clavada en el firmamento.
Dedicado a todos los que me animaron a escribir.
Por cada beso que te de nacerá una mariposa en tu piel, que viajará al infinito, para posarse en alguna flor etérea, en los jardines de la eternidad. Mensajeras del amor que te profeso volarán hasta el principio de los sueños, en el origen de mis anhelos se fundirán sus alas de colores, para no volver a soñar en blanco y negro jamás. Por cada caricia crearé una ruta de un peregrino invisible que llegue hasta el santuario de tu corazón hermoso, para llevar como ofrendas mis manos que por tan dulce camino son capaces de estremecer tu alma sin apenas tocarte con la punta de mis dedos. Es tu piel la tierra que piso si deseo subir al cielo, en un suspiro de amor. Si atravieso los desiertos de tu vientre y bebo al fin del oasis que mora en tu pecho encendido de amor. Es tu piel donde tu alma siente mi boca y mis dedos cuando recorro las montañas y prados en cada rincón de tu cuerpo sagrado mi refugio y mi canción.
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