Reina de la noche

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Su espalda desnuda
la caricia
que recorre
y no frena,
La comisura
de sus labios,
abrazo trepidante
que encadena.
En una cárcel de amor
me declaro culpable
y rechazo libertad
sin sus besos
que no quiero
de pena.
Los pómulos calientes
el fuego por la sangre
de sus venas,
el recorrido
por sus muslos
el sexo sin cadenas.
Tempestades
y naufrágios,
en olas
de deseo intrépido
se desencadena,
un laberinto sin salida,
que son las curvas
de su cadera,
la geometría
en sus pechos de sirena;
dónde me pierdo
y una otra vez,
hasta que vuelve
la mar serena.
Como abeja
que no envenena
la reina de la noche,
en sus labios
la miel de la colmena
a la luz de una vela,
es tan dulce
el sabor de esta cena.
Sin rumbo perdido
en una selva salvaje,
y una brújula
que indica el sur.
Su pelo desparramado
en la arena,
sus dedos en mi boca,
el deseo que desenfrena
pasión y locura...
Mis manos enredadas
en su melena.
He trazado
un mapa en su piel.
Una ruta de caricias
para iniciar
un viaje sin retorno
por su cuerpo,
hasta llegar a la última
estación en su mirada,
mi destino final
siempre su alma.

Una ruta de cariciaspara iniciar un viaje sin retornopor su cuerpo,hasta llegar a la última estación en su mirada,mi destino final siempre su alma

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Alberto Real Borrueco

Tiempo de PoesíaWhere stories live. Discover now