Las dos soledades

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Soledad
que oprime
el pecho
del mundo.
Todos hablan
a la vez
nadie se escucha
ni una décima
de segundo.
Soledad insomne
a la luz
de una vela,
llama que
se apaga
si me desvela.
Soledad témpano
de hielo
que rompe
el calor
de una palabra.
El corazón
se despierta
cuando una
puerta se abra
soledad
del incomprendido
entre llantos
y risas.
Velocidad
de un mundo
que corre deprisa
soledad que
se convierte
en desafío
rodeado
de multitudes.
Abismo y vacío
soledad al final
de la partida
soledad cuando
venimos al mundo.
Aunque nos den
la bienvenida,
soledad en ausencia
de todo.
Soledad
en presencia
de nada.
¿Quién te invito
a mi casa
como única
invitada?
Soledad hermosa
si tu estás
conmigo,
quién sino
de nosotros
mismos,
somos nuestro
mejor amigo.
Con dos
soledades convivo,
una con la
que me
siento libre,
la otra es
la que me
hace cautivo.

Alberto Real Borrueco

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