Tiempo de Poesía

A que me sabes

 Y es que desde
un principio lo sabía.
Sabes a ternura
de labios nuevos
apunto de besar.
Como una
roca fuerte
y dura que nadie,
ni nada pueden
conseguir despedazar.
Sabes a cordura
reflexiva,
si caes siempre veo
que te vuelves
a levantar,
Sabes a locura
que termina
en dulce cura
de nuestra
enfermedad.
Sabes a rebelión
futura
y a un presente
sin sombras.
A un nuevos
paradigmas
siempre esperando
realizar.
A la sensibilidad
que perdura
y flota en
el aire llenando
de ti espacios
vacíos de soledad.
A un brote
de yerba verde,
me hueles
a esperanza
y a libertad.
Sabes a un manantial
de agua pura,
en tus ojos
un misterio insondable
que cada instante
estás apunto
de revelar.
Si me reflejo
en tus ojos
encuentro
una verdad
en mis noches
de oscuridad.
En un espejo infinito
se miran las estrellas,
en el universo
de tu mirada
un sueño estelar.
Me sabes
a flor de loto,
en un instante más
y contemplo
en mi alba
tu hermoso despertar.
Es en el silencio
la magia
de un secreto
escondido
dónde miran
los dioses,
una extraordinaria
transformación
alquímica que
puedo sentirte.
Si percibo con mis
ojos cerrados
como unos pétalos
se van abriendo
en tu conciencia
que se expande
hacia territorios
de la mente ignotos.
Que impregnas el aire
con tu esencia,
cuanto gozo
se siente
si te podemos
respirar.
Eres espíritu viejo
que anuncias
una verdad
tan incómoda
como hermosa.
Flor que naciste
al borde
de los precipicios
es tu ser que
se despliega
¿Quién te podrá
tu tallo cortar?
Es tu alma que
me sabe amores,
a todos los colores
en un deliciosa
eternidad.
Como una flor apunto
de desprender aromas
imposibles de imaginar.
Es la fragancia que van
dejando tus
pasos invisibles,
como los de una
diosa terrena
que emerges
de una profundidad
intangible y oscura.
Echando raíces
por cada lágrima
que derramas,
que también
son tu agua y alimento,
De dolor y llanto
tomando fuerza
del desaliento,
del infierno al cielo.
Apunto la flor
que no se marchita
de despertar
cuando pasa
la noche mas larga
despliegas tu Ser.
Una vida por saborear
en cada una
de tus sonrisas
renaces en cada risa.
Te esparces
como una lluvia
de agua transparente
de la que todos
se quieren
empapar.
¿Sabes?
Me sabes;
a fuerza
y a fragilidad.

Alberto Real Borrueco