Mi último destino

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El día que me asomé
a tu corazón.
No me creerán.
En un firmamento
brillaban todas
las estrellas
en una bóveda celeste.
Ante mi pasmado contemplé
a la luna a mi lado.
Emprendí un viaje
al asomarme
al santuario de tu pecho.
Encontré centenares
de lejanos astros
y emprendí
mi viaje hacia esos
puntos luminosos
perdidos en tus
mismas entrañas.
Me sumergí tanto
en tu pecho
que una lluvia
de meteoritos
no detuvieron
el deseo de seguir
adentrándome
en tu universo interior.
Qué no me creerán,
que me hallaba
mucho más lejos
del sistema solar.
A la mismísima
velocidad de la luz
aceleré mi periplo
dentro de ti
en la nave
de mi pensamiento,
más veloz
que las estrellas fugaces
que cruzan los cielos
dejando un instante precioso.
Casi se detuvo el tiempo
cuando la constelación
de Andrómeda
contemple absorto
a mi paso.
Más allá de Casiopea divisé
racimos de nebulosas resplandeciente.
Un cosmos inabarcable
si penetraba hasta
los confines de ti.
Me agarré a la cola
de los cometas
y descubrí a su paso
otros mundos
imposibles siquiera
de imaginar.
Testigo de la explosión d
e supernovas
me cayó encima de mi
el polvo de las estrellas.
Descubrí cementerios
de soles,
de fulgurantes
enanas blancas
y el nacimientos de astros,
en un campo
estelar de semillas
que germinaban.
Me deje arrastrar
por la fuerza
gravitatoria
de un enorme
agujero negro,
tanto fue así
que me absorbió
y pase hasta
un orbe paralelo misterioso.
Deleitandome
de tanta belleza
sentí un abrazo
estelar en ese
nuevo espacio por explorar.
Un abrazo místico
de tu presencia
que lo abarcaba todo.
Y no quise
en mi empeño parar,
pues en un
impulso potente,
atravesé la edades del cielo.
Cerca del mismísimo
principio
de todos los tiempos
el big bang
a un palmo de narices.
Dentro de ese
punto de energía
condensado sentí
la memoria
de todos los tiempos.
Explote en todas
las direcciones
expandiéndome
en tu corazón
en una infinidad
de fragmentos
que se iban extendiendo
en un siempre
que nunca terminaba.
Así que llegue
al final de mi viaje...
El vacío sin ti...
Si eres mi universo...
Tu alma inabarcable
no tiene límites...
Tan solo el tuyo
sin medida.
Misterio insondable...
Dónde descansa la eternidad.
El amor es infinito...
Dicha inefable...
Mi último destino...
Eres tú...

Alberto Real Borrueco

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Alberto Real Borrueco

Tiempo de PoesíaWhere stories live. Discover now